DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Dolor de panza

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 20 de septiembre de 2018 · 00:00

El término “dolor de estómago” indudablemente es incorrecto, lo correcto es hablar de dolor abdominal y coloquialmente “dolor de panza”.

Cuando tenemos dolor, muy importantes es saber si es muscular o visceral, intermitente o continuo, si tiene o no relación con los alimentos, si da al momento de evacuar o se quita y así como estos pocos datos, hay muchísimos más que tienen relación con el dolor.

El abdomen tiene muchas estructuras que despiertan dolor: vesícula biliar, páncreas, estómago, intestino delgado o grueso, hígado, etcétera y el no hacer un buen estudio de ello, ocasiona complicaciones que pueden poner en peligro la vida, el mejor ejemplo es la apendicitis.

El dolor, al igual que la fiebre, es una alarma y lo más común es tomar un analgésico para controlarlo, esto es similar a inactivar el sensor de “humo” este se inicia por que detecta “humo” que puede ser el inicio del fuego, así mismo sucede con el dolor, este nos avisa que hay algo anormal y debemos investigar la causa. No es nada raro ver pacientes con dolor abdominal persistente, acompañados de fiebre que han tomado analgésicos y terminan con peritonitis secundaria a perforación de apéndice. Una apéndice que se opera sin perforarse tiene muy pronta recuperación, en cambio una apéndice perforada pone en peligro la vida o tiene una recuperación prolongada y con secuelas.

En los niños, el dolor abdominal como único síntoma, es una causa común de consulta y no es nada raro que sea habitual y frecuente, este puede tener mucha relación con intolerancia a la lactosa u otros alimentos, alergia a las proteínas de la leche de vaca, estreñimiento o parasitosis intestinal. Las infecciones intestinales tienen una participación frecuente en el dolor abdominal, sin embargo, van acompañadas de fiebre, diarrea y vómito.

Todos los padres saben que es común que los niños aquejen dolor abdominal en forma ocasional y eso no es preocupación, sin embargo, cuando éste se torna recurrente, aun en ausencia de otros datos, hará que los padres se preocupen y acudan al facultativo.

Lo eficaz en el tratamiento del dolor es conocer la causa y muchas de las veces se logrará con un acucioso interrogatorio, sin embargo, esto puede no lograrse por fallas del médico o por fallas del informador, situación altamente frecuente que tiene muchísimas aristas y es donde la experiencia del interrogador cobrará capital importancia para, en casos especiales, determinar los estudios pertinentes.

Además de lo previamente referido como causa de dolor abdominal, pueden existir otras causales poco comunes que requerirán de estudios simples o sofisticados y caros. En fechas recientes se ha señalado como causante al Helicobacter pylori, inclusive, se ha recurrido a la endoscopía y hasta dar tratamiento de prueba (conocido en inglés como test-and-treat) a base de dos antibióticos, analgésicos y antiácidos, acciones que están siendo reportadas en forma muy reciente como motivo de resistencia microbiana a los antibióticos.

Este germen es excepcional en menores de un año y conforme aumenta la edad va siendo más prevalente, al final de la adolescencia, puede afectar a la mayor parte de la población y, desde el punto de vista clínico, importan solo aquellos que desarrollan enfermedad acido péptica. No todo paciente que tiene dolor abdominal y una prueba de H. pilory positiva es igual al tratamiento (3 a 5 fármacos). Enfermedad acido péptica, además de dolor se manifiesta con ardor, regurgitación, vómitos, inflamación y sobretodo, sangrado de tubo digestivo alto, así mismo la enfermedad acido péptica puede ser ocasionada por muchas otras causas además del H. pylori.

El dolor abdominal es muy frecuente en pediatría y si el menor come bien, no tiene otros síntomas, aumenta adecuadamente de peso y estatura, es altamente probable que curse con lo que hoy se conoce como Dolor Abdominal Funcional, que como su nombre lo indica, puede ser respuesta a muchos factores funcionales y muy comúnmente, emocionales.

Si no les explico a los padres muy bien o no entienden muy bien, por supuesto que buscarán otra opinión y si ésta segunda opinión lo bombardea con fármacos (efecto placebo), los familiares, es probable que se sientan satisfechos.

Gran parte de la población se siente reconfortada con una cara receta más que con una explícita y bien sustentada información.

* Médico Pediatra. Represente APROLAM en Baja California

sicardi53@gmail.com

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