AJEDREZ PÚBLICO

Los días de gloria

Por Alfonso Torres Chávez
sábado, 22 de septiembre de 2018 · 00:00

Mientras el país baila su último compás no queda más que esperar. Si la disminución del poder adquisitivo no es un síntoma de la crisis económica, quizá debamos esperar a que caiga la bolsa, o a que en los bancos nos digan que los intereses comieron nuestra inversión.

No podemos exigir a los bancos que nos reintegren nuestro capital, sobre todo si el dinero que inicialmente invertimos no vale lo mismo que cuando aperturamos la cuenta bancaria.

Si la disminución del poder adquisitivo no es un signo de devaluación, quizá debamos esperar a que el gobierno federal haga el anuncio de que el país ha llegado al imite de su capacidad.

Los países se dividen entre los que tienen petróleo y lo que no lo tienen, nosotros lo tenemos, ahora nos dedicaremos a administrar la abundancia, dijo el presidente José López Portillo en 1981, un año antes de la terrible devaluación.

Aunque nos dedicábamos a administrar a la abundancia, esa administración no impidió que el país perdiera el poder adquisitivo ante la pésima administración de los recursos públicos, y el dispendio en enormes torres de petróleo, que terminaron por convertirse en enormes elefantes blancos.

Fue la misma época en la que se descubrió el yacimiento petrolero de Cantarell en Campeche, uno de los más grandes de México y que durante muchos años tuvo una producción petrolera envidiable.

Se organizó la cumbre del caribe en Cancún en la que el presidente presumió nuestras hermosas playas y las bondades del estado mexicano.

Pero con todo ello, no se impidió la caída al abismo. En su último informe presidencial el presidente López Portillo sólo atinó a decir: Soy responsable del timón, pero no de la tormenta, si algo pudiera pedirles sería perdón, por no haber atinado todavía a sacarlos de su postración, y eso es algo que he llevado como una terrible responsabilidad personal.

En enero de 1982 el gobierno de López Portillo retiro al Banco de México del mercado de cambios y la devaluación de la divisa se fue de 22 pesos hasta 70 pesos por dólar. La terrible devaluación fue atribuida entonces por el presidente en su último informe a los saca dólares que no hicieron sino proteger sus inversiones en bancos norteamericanos, donde se sentían en un ambiente financiero más seguro.

Cuando tomó posesión del gobierno el presidente Miguel de la Madrid, la devaluación del peso fue de 3,100% pues debió enfrentar la debacle del gobierno de López Portillo que paso el último tercio del sexenio encerrado en Los Pinos.

La inflación creció 4,030%, el poder adquisitivo decreció 70%, el PIB per cápita se redujo 10%, y las paraestatales se redujeron de 1155 a 413.

Con López Portillo, la bonanza económica fue tal que el Estado Mexicano llego a ser dueño del único casino en el mundo que perdía dinero.

Esto sólo es algo de historia económica, que cerró el pastel con personajes como Arturo Durazo Moreno El negro Durazo, ex jefe policiaco que fue detenido en Puerto Rico en 1984 por el gobierno de Miguel de la Madrid bajo la campaña de la renovación moral que se convirtió en una cacería de brujas.

alfonsotorr@gmail.com

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