AJEDREZ PÚBLICO

La Ley de Seguridad Interior

Por Alfonso Torres Chávez
domingo, 10 de diciembre de 2017 · 00:00

Ensenada. B. C.

El proyecto de la Ley de Seguridad Interior está en nuestro H. órgano legislativo para ser discutido.

La Ley de Seguridad Interior es uno de los retrocesos constitucionales más mortíferos de la historia de México en tiempos modernos.

La ley viola de manera flagrante una serie de derechos que tienen que ver con nuestro fuero interior.

Brinda al ejército facultades extraordinarias -en cuanto a sus destrezas militares-.

El presidente de la república adquiere facultades extraordinarias en lo referente a la seguridad interior del país.

La Ley de Seguridad Interior se convertiría en ley secundaria del artículo 29 constitucional.

El artículo 29, se refiere al estado de excepción -o de emergencia-, y señala los requisitos para que el estado de excepción sea declarado cuando el país sufra una situación que trastoque su seguridad interior.

Esto es: una invasión o cualquier otro evento que perturbe de manera grave la paz pública del país.

Si se aprueba, la Ley de Seguridad Interior facultaría al ejército para llevar a cabo labores de seguridad pública sin que haya ningún control al respecto, esto, desde el momento en que la ley señala que el presidente de la república dirigirá la política de seguridad pública del país.

Lo previsible es que seguramente los órganos facultados para ello tramitarán controversias constitucionales contra la Ley de Seguridad Interior, y es muy probable que caiga sobre nosotros una lluvia de amparos contra la ley.

Esta ley resultaría violatoria de derechos humanos desde el momento que da al ejército facultades en materia de seguridad interior.

Habla además, de la instalación de una comisión de seguridad interior de la que formarán parte el presidente de la república y el secretario de gobernación.

Si la ley viola derechos humanos y es atacada a través de controversia constitucional y otros mecanismos de defensa constitucional, no pasará mucho tiempo antes de que la ley se declare inconstitucional.

Lo que nos queda ahora, es esperar los resultados de una norma que viola de manera directa derechos humanos.

Lo que sigue es esperar.

alfonsotorr@gmail.com
 

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