Orfeo aguanta un piano

lunes, 14 de abril de 2014 · 23:38
No puedo hacer la analogía entre el descenso de Orfeo al inframundo y la caída al infierno (de la eufemística "Primera A”) de los Potros de Hierro del Atlante. En primer lugar, porque Orfeo bajó porque quiso. En segunda, porque… regresó (sin su morra, pero regresó). 
Bueeeeno. Pues esperaré a que los Potros de Hierro regresen. Sería padre que lo hicieran en 2016, pá celebrar los primeros  cien años de su fundación.
Pero, volviendo al título de esta columneja, Orfeo aguanta un piano. Con esto quiero decir que es un mito fortachón y bien armado.
Aunque, en realidad, siempre he pensado que la expresión "aguanta un piano” se podría muy bien referir a un intérprete (por ejemplo, un cantante de ópera, ó para el caso, cualquier músico) que tiene el aire y la técnica que le permiten "cantar muy quedito”. 
Otra vuelta a Orfeo, concéntrate.
Picando aquí y allá, he encontrado por lo menos 40 obras (entre óperas, canciones, poemas -serios y jocosos-, esculturas, ballets…etc.) que usan a este personaje como tema central. 
La más reciente la vi el domingo en la noche, por cierto, en la transmisión en vivo por el canal de Youtube del Festival de música de Coachella, Cal. Los canadienses de Arcade Fire se reventaron (entre otras) una rola de su más reciente CD ("Reflektor”, 2013) que se llama "It´s never over” ("Oh, Orpheus”), y se trata de… como su nombre lo indica. En este link está la presentación completa. Digo, por si le late. La canción de Orfeo está al minuto 59:39. http://bit.ly/1nmZbf3
Eso pasó el domingo. Pero, hace muchos años, en 1858, un par de escritores franceses (Hector  Cremieux y Ludovico Hálevy) hicieron una parodia feroz del libreto de Orfeo y Eurídice de W.Ch. Gluck (1712-1787), original de Raniero di Calzavigi. 
Héctor y Ludovico perpetraron una trama a la que Jacques Offenbach (1819-1880) le puso música. El resultado de esta conspiración fue "Orpheé aux enfers” ("Orfeo en el inframundo”) que (¿necesito decirlo?) es una ópera bufa. http://bit.ly/P111WS
Aunque algunos maloras lo afirmen, Offenbach no significa "que ofende a Bach”. Ese era el apellido real del tremendo Jacques.
La trama va más o menos como sigue: Orfeo y Eurídice, aunque (¿?) son marido y mujer, se odian. Ella está enamorada del pastor Aristeo, que es su vecino. Por su parte, Orfeo ama a la pastora Cloe. Eurídice desea romper el matrimonio, pero a Orfeo no se le da la gana que lo hagan, nomás porque teme la reacción de la opinión pública. El preferiría quedarse viudo, en todo caso. Se pone manos a la obra y decide matarla de un disgusto. ¿Cómo?... Haciendo música con su violín, cosa que ella aborrece.
Aristeo es, en realidad, Plutón, el dios de los infiernos, que se ha disfrazado. Plutón engaña a Eurídice para que caiga en una trampa… y ella se muere. Entonces Eurídice descubre que la muerte no es algo tan malo, si el Plutón la ama: ambos descienden a los infiernos, no sin antes dejarle una nota informativa a Orfeo.
Así las cosas, todo parece irle bien a Orfeo… hasta que la opinión pública se entera del asunto y amenaza con arruinar su carrera como maestro de violín a menos que vaya a rescatar a su esposa. A regañadientes, Orfeo se muestra de acuerdo. Y allá va. Y hasta ahí la escena 1 (de las cuatro que contiene esta ópera). 
El argumento es loco y la música es muy adecuada y agradable. ¡Hasta sale el Cancán! 
Sí, ese baile lento y vivaz de reputación escandalosa, cuyas principales características son los movimientos provocativos, las patadas altas y el alzamiento y movimiento de las faldas y que se originó en el siglo XIX en París, fue inmortalizado por Offenbach en esta ópera.
El Cancán también aguanta un piano. 

Atentamente,
bauldemanias@hotmail.com

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