LA BUFADORA

¿Por qué ninguno de los diputados locales ha emitido un comentario sobre el expediente que publicó sobre sus millonarios ingresos el Observatorio Ciudadano de Baja California? ¿Dónde están las voces de oposición o del sector empresarial? ¿Por qué el legislador que presume ser de la izquierda progresista, Roberto Dávalos Flores, de repente se quedó calladito?

 

En atención a los lectores que cuestionan y descalifican lo que este mosco ha publicado recientemente sobre lo que ocurre al interior del PAN en Ensenada y Baja California, aquí les dejamos el extracto de una entrevista que uno de sus ex jerarcas concedió a un medio de cobertura nacional.

 

El ex dirigente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, autor del libro "Acción Nacional ayer y hoy: una esencia en busca de futuro”, que es una severa crítica al extravío ético de ese partido en el ejercicio el poder, fue entrevistado por el periódico Reforma sobre su papel como nuevo zar anticorrupción al interior del blanquiazul.

 

Con 46 años de militancia, durante los cuales ha sido diputado federal, senador, presidente nacional del PAN (1999-2005), embajador en El Vaticano y secretario particular del presidente Felipe Calderón, además de haber fungido como asesor de Manuel Clouthier, Maquío, en su campaña para gobernador de Sinaloa de 1986, y en la campaña presidencial de 1988, Bravo Mena reconoce que urge una limpia en el PAN.

 

Sobre los casos de corrupción que involucra a panistas en el poder, sostuvo que "(…) el PAN es el primero que da el paso para encarar un problema serio, no negarlo y comenzar a establecer una política interna de cero tolerancia. Es el reconocimiento de que tenemos un problema y de que hay que hacer algo diferente a lo que se ha venido haciendo siempre para resolverlo”.

 

Sin embargo, dijo que "hubo un caso muy frustrante: el del ex gobernador de Aguascalientes Luis Armando Reynoso. Lo expulsamos, recurrió la resolución de expulsión ante el tribunal y el tribunal nos lo regresó. Es un militante de tribunal”.

 

¿En qué momento se pudrió el PAN?, le preguntó el reportero de Reforma.

 

"Es un proceso, no te podría dar una fecha”.

 

-Pero todo proceso tiene enzimas que lo aceleran-, insistió el periodista.

 

"En el caso del PAN, hay dos factores. Uno, la llegada al poder. Por supuesto, generó mayores espacios donde se podía dar la corrupción. Y el segundo es que la política en México se ha hecho extraordinariamente costosa, hoy involucra grandes cantidades de dinero. Eso es un gran incentivo a la corrupción”.

 

-Varios de los grupos señalados controlan buena parte de la estructura. ¿Cómo se combate la corrupción cuando el enemigo está en casa?, lo cuestionaron.

 

"Pues combatiéndolo, señalándolo, asumiendo los casos, encarándolos y, una vez que se comprueben todas esas conductas, proponiendo las acciones correspondientes”.

 

-¿No es contradictorio? Los van a criticar por exhibir a sus corruptos...

 

"Vamos a pasar momentos de vergüenza muy grandes. El encarar que tenemos corrupción y decir: ‘Mengano es corrupto y debe ser castigado’, se va a prestar a que nuestros adversarios nos lo restrieguen mil veces en la cara, que nuestros críticos se valgan de nuestras propias actuaciones para criticarnos y que los electores nos lo cobren”.

 

-¿Vale la pena?

 

"Duele, pero es peor encubrir. Encubrir no es la solución, el PAN tiene que pagar el costo de vergüenza que esto significa, tenemos que tener la valentía y la entereza de decir: ‘Sí, señores, tenemos esto, pero lo estamos castigando y lo estamos corrigiendo’”.

 

-¿Y si no lo hacen?

 

"Está de por medio la vida de la institución. Se va a prestar a reacciones de burla, incredulidad, pero vamos a actuar y en el camino iremos haciendo la brecha, creando la conciencia de que se acabó la época de tolerancia, se acabó la laxitud y voltear la cara para otro lado.

 

-¿Había habido tantos millonarios en el PAN como ahora?

 

"Jajaja. Bueno, yo no sé si hay muchos millonarios, pero nunca fue un partido de ricos, como decían. Uno veía al público que asistía a nuestras asambleas, la lista de militantes, había personas acomodadas, pero la inmensa mayoría éramos clase media y trabajadores”.

 

-Vea ahora a sus senadores, a sus diputados: cómo viajan, cómo festejan; como potentados...

 

"No sé si porque tengan mucho dinero o si son los recursos que dan ahora las instituciones en las que se labora. Pero, sin duda, hay que recobrar el sentido de hacer política como servicio, no como negocio.

 

-¿Por qué se les olvidó?

 

"Asumimos y absorbimos las formas políticas del PRI. Parte de la debacle del PAN es que se fue pareciendo al PRI cada vez más. Dejó de ser algo diferente, copió estas maneras ostentosas del político rico. Hay que regresar a lo otro, y eso implica formación. Es lo que está pidiendo la ciudadanía”.