Welcome, Mr. Ebola!

 Dan T.

México, DF - Estaba un día Quique jugando videojuegos en Los Pinos cuando, de pronto, sonó el teléfono rojo.

-¡Baticueva!

-Señor presidente, ya le dije que la red no es para que esté jugando.

-Disculpe, soy Alfredo el mayordomo. ¿Con quién quiere hablar? Batman salió a atrapar al Pingüino. Y Robin debe seguir metido en el clóset.

-¡Señor presidente! ¡Póngase serio! Esto sí es urgente.

-Ay, Osorio Chong eres un aguado. Pero no fuera estudiante del Poli porque entonces sí: mua, mua, pásenle por aquí, ¿no quieren una tacita de café, una nueva directora o un reglamento a su gusto? Mua, mua.

-Señor presidente, es en serio, ¡¡¡llegó el ébola!!!

-¿De dónde?

-De África.

-Pues manda al canciller Meade a que lo reciba en el aeropuerto. Digo, para eso sí sirve, ¿o tampoco?

-No, pues no mucho. Ya sabe que lo de Meade son las finanzas, no la diplomacia.

-¿Y quién fue el pen… que lo nombró secretario de Relaciones Exteriores?

-Este... lo nombró usted. Pero, si quiere, podemos decir que fue idea mía. 

-Sí, sí, me acuerdo que fue idea tuya. ¡Ah, cómo eres bruto! Sólo a ti se te ocurre poner un economista en la Cancillería. Pero, bueno, pues entonces manda a alguien que sí sepa de protocolo diplomático a recibir a este señor ébola. ¿Es importante? ¿Es rico? ¿Ha salido en alguna telenovela? Porque entonces lo va a querer conocer La Gaviota. ¿Ya hay tele en África? 

-Sí, señor, ya hay tele, pero no, el ébola no ha hecho ninguna telenovela. 

-¡Ah, qué caray! Bueno, pero de todas maneras, mándale una banda de guerra, de esas que tocan bien bonito la trompeta. También que vayan los niños de alguna escuela primaria, pero cómprales una torta, porque ya ves que luego se nos andan desmayando. ¡Ah! Y no olvides pedir que te hagan una gran pancarta en letras verde, blanco y rojo, que son los de la bandera pero, no le digas a nadie, también los del PRI. Que la pancarta diga: "Welcome Mr. Ébola!”. ¿Sí hablará inglés este güey? ¿O se lo ponemos en africano? 

-No, señor presidente, no es necesario escribirlo en ningún idioma, ni mandar niños con banderitas al hangar presidencial.

-Ya ves cómo eres bien aburrido, Osorio Chong. Te digo: sólo te pones cool cuando son tus cuates del Poli. Uy, pero que no quiera uno divertirse un poco porque, entonces sí, te acuerdas que eres secretario de Gobernación y te pones de cabrón. ¡Bájale, eh! Ni que fueras Fernando Gutiérrez Barrios.

-No, señor presidente, no es que me ponga... este... de cabrón, como usted dice. Yo por mí mando a hacer las pancartas hasta en chino.

-Sólo tú les entiendes.

-Bueno, las mando a hacer en totonaco y maya. Pero de nada servirían, señor presidente, porque el ébola no es africano. De hecho, ni siquiera es una persona. En realidad el ébola es un virus.

-¿Y por un triste virus me hiciste dejar de jugar Candy Crush? Después de 8 horas continuas de juego, carajo, ya había llegado al nivel 3. Si el tal ébola es un virus, que se haga cargo la secretaria de Salud, ¿cómo se llama?

-Es Mercedes Juan. 

-¡Ah, sí, claro! ¿Pero cómo se apellida?

-Así: Juan.

-No seas payaso.

-En serio, señor presidente. De hecho está aquí conmigo. Se la paso.

-Hola, señor presidente, -dijo Mercedes Juan por la línea telefónica- le informo que ya tenemos el primer caso de un mexicano contagiado.

-¡Se los dije! En mi campaña les dije a los mexicanos que íbamos a ser los número uno, los primeros en todo. Y ahora, con el ébola, lo estamos logrando. Te lo firmo y te lo cumplo.

-Ay, señor presidente.

¡Nos vemos el jueves!