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Desproporcionado

Uno se defiende cuando dispone de medios suficientes, y ataca cuando dispone de medios más que suficientes: Sun Tzu (Estratega militar y filosofo chino). Por: Rolando Daniels Pinto
lunes, 30 de marzo de 2015 · 00:00
Quizá ante los ojos de muchos, el 15% de aumento salarial ofrecido a los jornaleros pareciera poco, pero basta hacer algunas comparaciones para comprender lo extraordinario de la propuesta en estos tiempos, sobre todo si lo anterior se realiza con el salario mínimo profesional de actividades más especializadas.

Actualmente se reconoce como pago mínimo a los jornaleros agrícolas de entre $110.00 y $130.00 pesos diarios y entre $9 a $12 pesos por caja de fresa, a $6.00 pesos la jarra de moras y $14.00 pesos la cubeta de tomate; esto sólo por referir algunos de los salarios más divulgados en los distintos medios de comunicación en estas últimas semanas del conflicto laboral, el cual aún no encuentra solución final.

Partiendo del salario mínimo general en Baja California ubicado en los $70.10 pesos diarios, el cual es el aplicable al tipo de trabajo desarrollado por los jornaleros agrícolas, puede afirmarse el cumplimiento en materia salarial de parte de los empresarios agrícolas en cuanto al pago mínimo establecido en la ley.

Sin embargo, para los jornaleros agrícolas no es ningún consuelo recibir un ingreso superior al mínimo legal, ellos creen merecer una mejor retribución por su labor y su propuesta hasta ahora es de $250.00 pesos diarios como mínimo o de $20.00 pesos por caja de fresa; partiendo de las cifras de inicio, la pretensión del aumento es de entre 227% y 192% en el jornal diario, y entre 222% y 166% en la fresa.

Los jornaleros agrícolas están en todo su derecho de pedirles las Perlas de la Virgen a sus empleadores, pero deben considerar una situación, su trabajo – arduo y pesado, sí – no es ni con mucho especializado; es decir, no requiere de preparación académica o capacitación técnica para desarrollarlo de inmediato.

De esta forma, el ingreso mínimo diario pretendido por los jornaleros agrícolas es 145% superior al de un oficial de albañilería ($102.20); 143% superior al de un operador de maquinaria agrícola ($102.75); 135% más que el de una secretaria auxiliar ($105.70); 116% superior al de un trabajador social ($115.55), e incluso 19% por encima del salario mínimo de un reportero de un periódico ($210.05).

Por otra parte, si la recolección de fresas, moras y hortalizas es actualmente intensiva en mano de obra, es porque ello permite sostener una tasa de ganancia conveniente; los pretendidos aumentos salariales tienden a disminuir la tasa de ganancia en proporciones seguramente inaceptables para los empresarios del ramo, obligándolos a tomar decisiones con posibles efectos negativos para la actual masa laboral.

Efectivamente, si los empresarios agrícolas ven amenazada su tasa de ganancia por aumentos salariales desproporcionados – al menos en su visión – pueden decidirse a tecnificar la recolección convirtiéndola intensiva en capital, lo cual les evitaría en el futuro pagar sueldos y prestaciones sociales, así como evitarse conflictos laborales, contratando muchísimo menos personal, calificado y menos conflictivo.

De otra forma, es evidente la desproporción en el aumento solicitado, no sólo por ya percibir ingresos superiores al mínimo legal, sino por el impacto en los costos de producción y la tasa de ganancia, y también por lo poco calificado del empleo, el cual pretende ingresos superiores a otras actividades cuya realización requiere cierto nivel de estudios técnicos y que en años no han recibido aumentos salariales superiores al 6%; he ahí la desproporción la cual puede derivar en la cancelación de miles de empleos.

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