Espacio público

La ciudad y puerto de Ensenada carece de áreas verdes y espacios de uso común a bajo costo, y los que existen se "utilizan” como sitios para consumir bebidas con graduación alcohólica, arraigada costumbre que aleja a las familias y niños.

Quienes consumen licor y cerveza se han apoderado del parador conocido como "El mosquito” y de la prolongación del Bulevar Costero, donde se construyó el malecón y la explanada donde se realizan eventos masivos.

Ingerir alcohol no es un delito, pero la normatividad municipal, estatal y federal establece con mucha claridad las condiciones, porque no se puede hacer en todos lados, pero las autoridades se han pasado de "flexibles” al grado de tolerar excesos en áreas como Playa Hermosa.

Los gobiernos estatal y municipal hicieron una gran inversión para rescatar una pequeña franja arenosa, de apenas mil 300 metros, y no es justo que una minoría la utilice como cantina pública, porque sólo basta recorrer el malecón y la playa los lunes muy temprano para observar el tiradero que dejan quienes sólo saben convivir con el alcohol.

Es una vergüenza que haya personas que justifiquen estos etílicos usos y costumbres, y los justifiquen con el argumento de que Ensenada es un puerto turístico y que por ende pueden beber licor o cerveza donde se les pegue la gana.

Lo más grave es que aplicar las leyes y reglamentos no debería ser un asunto a debatir en este caso, porque el gobierno tiene la obligación de promover y velar por sanas formas de convivencia. Quien desee consumir alcohol que lo haga en su casa o en recintos autorizados, que por cierto ya hay demasiados, pero no debe permitirse que se haga en espacios públicos.

Así como se impuso el no fumar en la mayoría de los lugares de uso común lo mismo debe hacerse con el consumo de alcohol. No es un asunto a debatir.