EL GABACHO GACHO

La mayoría de los votantes mexicanos en los EE.UU., son demasiado perezosos o pobres para ir a votar

Por Le Roy Jose Amate
miércoles, 11 de enero de 2017 · 00:25
El 5 de diciembre de 1996 el senado mexicano aprobó una legislación que permitió a los ciudadanos mexicanos que residen en el extranjero conservar todos los derechos de la ciudadanía mexicana. De esa forma, no se pierden tales derechos al naturalizarse como ciudadano del país que les alberga. La legislación de la "doble nacionalidad” fue aprobada en 1997por el entonces presidente Ernesto Zedillo.
Esta fue una divergencia radical con respecto a la línea de los legisladores mexicanos, quienes de manera histórica, se habían mostrado renuentes a otorgar estos derechos a los "pochos”, un término peyorativo, cuyo uso sigue bastante extendido entre los mexicanos. El término se refiere a ciudadanos estadounidenses de primera generación de ascendencia mexicana. Se refiere también a aquellas personas nacidas en México tachadas de "traidores culturales” por "abandonar la patria”, a aquellos que pierden el idioma y costumbres de México para poder asimilar la cultura del Tío Sam.
Este cambio legislativo fue iniciado por un abogado de Tijuana entonces representante del PRI en los Estados Unidos, el partido que gobernó México por setenta años. Su responsabilidad principal fue alentar a los ciudadanos mexicanos que vivían en los EE.UU., a votar por su partido mediante el abstencionismo. Se dio cuenta de que las leyes de los EE.UU. y México no daban cabida a los derechos de doble ciudadanía. Esto ponía en situación desfavorable a los mexicanos que vivían en los EE.UU. El conflicto legal se resolvió efectuando un cambio de una palabra en la constitución política mexicana, de ciudadano a nacional. Con ello, se ayudó a impulsar la influencia política de los mexicanos de dos generaciones que viven en los EE.UU. Los mexicanos nacidos en México ahora pueden ser ciudadanos de los EE.UU., y conservar todos los derechos de la ciudadanía mexicana. Sus hijos, nacidos en los EE.UU., pueden obtener derechos de ciudadanía mexicana.
Desafortunadamente, de los cinco millones de votantes mexicanos elegibles que viven en los Estados Unidos, solo un 36% vota. Este es el porcentaje más bajo de votantes en comparación con todos los demás grupos de inmigrantes naturalizados como ciudadanos estadounidenses.
Otra estadística que no se puede pasar por alto es que 40% de la población hispana votó por Donald Trump. Los analistas políticos hablan de que los hispanos de tercera generación generalmente pierden su identidad como tal. Hablan por lo general únicamente inglés o español entrecortado. A menudo no muestran simpatía por los problemas de deportación que aquellos recién llegados a los EE.UU. enfrentan. Se tornan proteccionistas. Ven a los inmigrantes como una amenaza para sus ingresos.
Sin mucho bombo y platillo, el gobierno mexicano ha lanzado una "nueva estrategia” de amplio alcance para alentar a los millones de mexicanos que viven en los EE.UU., y que son elegibles para obtener la ciudadanía estadounidense por medio de la naturalización, a empoderarse buscando la "doble ciudadanía” antes de que el presidente electo Donald Trump tome protesta. No hubo pronunciamientos públicos de parte de los políticos mexicanos que alentaran a los pochos a iniciar el trámite de la doble ciudadanía.
El secretario de Relaciones Exteriores declaró en octubre de 2015: "La nueva estrategia de promover la doble ciudadanía... permitirá a nuestros ciudadanos que viven en los Estados Unidos y personas de origen mexicano obtener significativos beneficios en lo económico, lo social y lo político, así como fortalecer sus lazos con ambos países.”
La embajadora Sandra Fuentes Berain, cónsul general de México en Nueva York, explicó que las ventajas de la ciudadanía estadounidense mediante la naturalización incluyen a menudo "beneficios de bienestar social y salud, así como el derecho al voto. Y así también, de ejercer influencia sobre las decisiones que los funcionarios electos que afectan sus vidas diarias.”
Nos corresponde a todos los hispanos alentar a los mexicanos con elegibilidad a ejercer su derecho al voto. Muchos mexicanos de primera generación nacidos en los EE.UU., desconocen sus derechos de obtener la doble ciudadanía. Más aún, muchas veces sus padres desconocen que naturalizando su ciudadanía estadounidense conservan todos sus derechos que les confiere su acta de nacimiento mexicana.
NO SEAS PEREZOSO, A JALAR CON SU RAZA A VOTAR EN LOS DOS PAISES.

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