VOX PÓPULI

Doble moral

Por Dr. Álvaro de Lachica y Bonilla
sábado, 24 de junio de 2017 · 00:00
He estado siguiendo por la televisión los partidos que ha tenido el Tri en la Copa Confederaciones, que se está desarrollando en diferentes ciudades de Rusia, y lo he hecho para ver si era cierto que se iba a castigar por medio de la FIFA, cualquier comportamiento discriminatorio en este certamen de futbol. El máximo organismo había anunciado que los árbitros tendían la autoridad para detener un partido si los aficionados presentaran un comportamiento homofóbico o racista. Pero fue hasta el partido del pasado miércoles, contra Nueva Zelandia, que el gustado grito de ¡ehhhhhhhh pu….!, no se presentó, cuando el portero de los rivales despejaba el balón de su área.
Detrás de los castigos que ya se han aplicado en otros países, por supuestos gritos homofóbicos subyace un oportunismo mediático e hipócrita de sus directivos. Si desde la afición se silba y gritan mentadas de madre o el proscrito "¡ehhhhhhhh… puuuu….!”, entre otras expresiones consideradas discriminadoras, es porque la dinámica misma del futbol descansa en principios machistas en una lógica de virilidad fortalecida en donde se permite y alienta este lenguaje.
Que mucha gente ingresa al estadio con odio es verdad, pero no que sea precisamente homofóbico. Se trata de una animadversión cultural, de incomodidad estructural que se trasforma en enojo contra el rival; un sentimiento acumulado que el propio espectáculo futbolístico ha sembrado a través del tiempo.
La Federación Mexicana de Futbol ha recibido ya siete multas por el grito homofóbico, el cual tomó fuerza durante el Mundial de Brasil 2014. Los dirigentes mexicanos han tenido que pagar cerca de dos millones de pesos. La FIFA les ha advertido: si se continúa con el bonito grito, se vetará el estadio Azteca o, como castigo ejemplar, la reducción de puntos en las eliminatorias mundialistas. Pero estas amenazas no han traído, todavía, alguna consecuencia.
La FMF ha mandado mensajes a los aficionados en los que han pedido erradicar el grito. En marzo del año pasado lanzaron una campaña, "Abrazados por el Futbol”, en el que los jugadores pedían cambiar la conducta. "Gritar ‘p…’ no te hace más mexicano, ayúdanos a evitar una sanción” y "el problema no es que grites, sino la palabra que utilizas”, se leían en el estadio Azteca en los últimos partidos. Incluso al querido sustituir la palabra por el grito de "¡México!” y utilizar la canción de ‘Cielito Lindo’, sin éxito.
Dicho eso, me parece que estas penalidades que quiere aplicar la FIFA, son un gran acto de hipocresía. ¿Por qué? Porque la FIFA no solamente jamás ha sancionado a países que tienen leyes que castigan la homosexualidad, sino que ha otorgado la sede de las dos siguientes ediciones de la Copa del Mundo a países que tienes tales leyes, como Rusia y Qatar.
En Rusia se castiga con multas la "propaganda homosexual” y en Qatar la ley prevé penas de prisión de uno a tres años para quien sea sorprendido en un acto de sodomía. Las sanciones que se quieren aplicar contra México, es dispareja con lo que hace la FIFA en el resto del mundo.
Lo único que va a ocasionar la FIFA es el emberrinchamiento de los aficionados que lanzan ese grito y que se asiente en este país la impresión de que le quieren imponer algo desde fuera y castigar sus muy mexicanas costumbres.
Habrá castigos, pero no pasará de una simple sanción económica; lo de reducción de puntos o dejar a México fuera de un mundial es algo que ni en sueños hará la FIFA, sería un balazo en el pie. La FIFA no puede dejar fuera México de una copa mundial por diversos factores, especialmente la derrama económica que dejan los aficionados mexicanos que van a los estadios y son de los países que lleva más gente a las copas del mundo
A fin de cuentas la corrección política se trata de imponer a rajatabla. La simulación de la FIFA no tiene límite: han corrompido al deporte, han subastado sedes, han robado dinero, se han aliado a gobiernos para lavarle la cara a dictaduras como a la Argentina en tiempos de Videla, pero se escandalizan con un grito insubstancial y hasta cierto punto simplón. Ya no es, como alguna vez dijo un comentarista de futbol: "el juego del hombre”, ahora es el juego de los buenos modales. …ni modo.

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