MIRADOR

lunes, 14 de abril de 2014 · 23:37
Las ventanas de las casas del Potrero son pequeñas, tanto que apenas dejan penetrar la luz.
¿Por qué son tan pequeñas las ventanas? Me cuenta don Abundio que sus antepasados las hacían así por los frecuentes asaltos de los indios y de los bandoleros. Otros guardan nebulosos recuerdos de Santa Anna: según el tamaño de las ventanas, dicen, es el tamaño del impuesto que por ellas puede cobrar la autoridá.
Sin embargo la ventana de mi cuarto es grande y alta. Toda la luz puede pasar por ella, y todo el aire. Cuando la abre, doña Rosa dice siempre:
-Para que entre la gracia de Dios.
Quizá por eso es grande la ventana: porque grande es la gracia que Dios pone en el mundo para que siga siendo mundo.
Por la ventana de mi cuarto veo el cielo y la tierra. Si alguien me mira, si alguien mira bien a cualquier criatura humana, mirará también la tierra y el cielo.

¡Hasta mañana!

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