Mitos

Cada 12 de octubre las vestiduras de muchos hipócritas, conscientes o inconscientes, son rasgadas en diferentes puntos del país, con motivo de la fecha del descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. "Descubrimiento”, "encuentro”, "día de la raza”, etcétera, son algunas de las denominaciones con que se conmemora dicho día.

Todos los que se rasgan las vestiduras, muchos se dicen indigenistas, protectores de los indios o simplemente que protestan por la conquista del continente. Sin embargo, no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta, que son parte del grupo conquistador y que ellos mismos siguen avalando la conquista continuada de los grupos indígenas que aún sobreviven en el México actual.

La historia oficial dice que fueron los españoles los conquistadores de México y sus grupos indígenas. Esta es una verdad deformada. Ya lo hemos dicho, los españoles conquistaron a los aztecas, a México lo formaron. Además, la conquista de los aztecas, así como de otros grupos indios, la llevaron a cabo gracias a las alianzas que establecieron con muchos de esos grupos, enemigos de los aztecas, como los tlaxcaltecas, quienes fueron los mejores aliados de los españoles.

A lo largo de la época de la colonia, entre los siglo XVII y XVIII principalmente, la conquista y expansión de la Nueva España, ya no se debió tanto a los españoles, sino a los criollos, mestizos y otros grupos indígenas, es decir, la consolidación de la Nueva España, a base de la conquista de numerosos grupos indígenas, se debió a los mexicanos, quienes fueron haciendo realidad el México que hoy tenemos. 

La conquista de los grupos indios no sólo fue en la primera mitad del siglo XVI, como lo presenta la historia oficial, sino que se extendió hasta muy entrado el siglo XVIII, y en ella participaron principalmente mexicanos, tanto criollos como mestizos e indígenas.

Así, cuando se dio la independencia de México, la conquista de los indios continuó, ya que habían sido principalmente mexicanos quienes la habían llevado a cabo. Los métodos violentos, el despojo de tierras, los crímenes y abusos, tantas otras cosas se siguieron dando, y se siguen dando. Muchas veces no nos damos cuenta porque los abusos contra los grupos indios casi no salen en la prensa, no son noticia.

Ciertamente en nuestros días hay una mayor conciencia ciudadana sobre los derechos de los grupos indios, pero esto no quiere decir que sean respetados. La gran mayoría de los mexicanos desconoce cuántos grupos indios hay en nuestro país, cuáles son sus elementos culturales más importantes, sus identidades, sus valores. 

Conocemos mejor las culturas de Asia o Europa que las propias y queremos imponerles nuestros modelos y necesidades culturales, porque en el fondo pensamos que son mejores.

Los que reniegan de la hispanidad, como lo decía, son unos hipócritas. Les tendría respeto si se fueran a vivir a alguna comunidad indígena, si hablaran alguna lengua indígena y compartieran a fondo su cultura, si fueran apóstoles de su bienestar como lo fueron los misioneros. Pero no, nadie hace eso porque, aunque no lo acepten, siguen con su cultura conquistadora y los ven como personas inferiores.

Desde luego, mis respetos para todos esos grupos indígenas que cada día sobreviven en medio de tantas agresiones, y así ha sido a lo largo de 500 años. Sus protestas para mí son totalmente válidas, ellos son las víctimas del nacimiento de México y siguen siendo víctimas ya que nuestra moderna sociedad no les da el derecho a ser ellos mismos.

Yo respeto mis orígenes y mis raíces hispanas e indígenas. No reniego por eso, aunque sé que muchos grupos indios fueron víctimas. La humanidad ha evolucionado de la mano de las conquistas, hasta la fecha, porque así es el ser humano. 

Y eso no quiere decir que esté de acuerdo con las conquistas, pero estas ocurren, han ocurrido y seguirán ocurriendo, a pesar de todo lo que supuestamente hemos avanzado.

Si en México no aceptamos esto, siempre viviremos en la eterna disyuntiva y contradicción con nuestro pasado, y esa es una de las causas de que México sea un país opacado y mediocre.