La Cenicienta Moderna

sábado, 26 de julio de 2014 · 22:04
¿Cuál es el problema de Cenicienta? Para empezar, es víctima pasiva de la crueldad de la madrastra. Gime bajo el peso de sus problemas en lugar de atacarlos. Sólo escapa de su predicamento a través de la intervención mágica de su hada madrina y de un príncipe que la deslumbra y con quien se casa.
El autor de cuentos para niños, Bruce Lansky, critica fuertemente los cuentos de hadas, incluso Cenicienta, Blanca Nieves, y La Bella Durmiente. Lansky es presidente de la editora Meadowbrook y no conforme con repudiar a las heroínas y a los cuentos de hadas tradicionales se ha dado a la tarea de reformarlos. El resultado es una serie de libros infantiles: Niñas al Rescate, Cuentos de Niñas Inteligentes y Valerosas de Todo el Mundo.
Asegura Lansky que desea crear un nuevo estilo literario y alentar a otros escritores a hacer lo mismo. Para romper la tradición de estereotipos acartonados que fomentan los aspectos menos atractivos de la personalidad femenina, la colección de Lansky incluye algunos cuentos viejos reconstruidos y otros nuevos. Lansky creó una fórmula para sus cuentos.  La chica asertiva debe encarnar los rasgos positivos de la personalidad: Honestidad, moralidad, bondad y también inteligencia y valentía. La heroína debe vencer las vicisitudes de la vida a través de atributos positivos y no por medio de magia. Además, la heroína no tiene que ser hermosa, ni de piel blanca. "Tuve que cambiar la fórmula perpetuada en los cuentos de hadas saturados de enormes dosis de violencia, en los que las niñas son pasivas, dependen de una varita mágica, o son salvadas por el beso de un príncipe.”
Al revisar la historia de Cenicienta y adaptarla a la modalidad del tercer milenio, Lansky inventa un nuevo personaje: Una asistente de la hada madrina, quien ayuda a Cenicienta a ir al baile sin recurrir a la magia. Ésta realiza un trabajo de ‘terapeuta’ al conducirla hábilmente al encuentro de su valor personal. De unas cortinas de brocado desechadas, Cenicienta confecciona su propio vestido para ir al baile.  Nada de magia, puro esfuerzo personal creativo.
Lansky es padre de un niño y de una niña. Asegura que la inspiración para el nuevo giro de los cuentos infantiles le llegó mientras contaba cuentos a sus hijos. El niño se identificaba gozoso con los héroes de las narrativas: El osado jinete que lucha contra gigantes y monstruos temibles, enfrenta a brujas y hechiceros, el príncipe que rescata de la torre a la bella princesa. Pero no encontraba un solo cuento en que la heroína fuera inteligente, valiente, e hiciera acopio de su valor personal para resolver situaciones difíciles. Advirtió el vacío de los atributos positivos femeninos en la cultura infantil, y se propuso crear cuentos de hadas cuyas heroínas encarnaran aquellas cualidades con las cuales las niñas desearan identificarse: Dulzura, compasión, benevolencia y, además, inteligencia, valentía y audacia.
Lansky observa que los padres modernos se preocupan por la basura de sexo y violencia que salpica a sus hijos a través de los medios de comunicación, pero no advierten el daño que hacen a sus hijos –sobre todo a las niñas– al enviar mensajes a través de los cuentos que influirán adversamente en el inconsciente al programar a las niñas a depender de la magia para resolver sus problemas, y  perpetuar la pasividad y el subdesarrollo del propio talento. 
Los nuevos héroes y heroínas de Lansky no recurren a la violencia ni al derramamiento de sangre para resolver conflictos, sino al ingenio, la generosidad, y la justicia. El despertar las emociones más sublimes en los niños a través de los personajes de un cuento produce la magia al descubrir en su propio ser la región más transparente donde reside el bien, el amor, y la esperanza. ¡Fabuloso recurso para educar a nuestros niños y niñas en la paz! 

betrevino@prodigy.net.mx

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