De política y cosas peores

miércoles, 30 de octubre de 2013 · 22:26
"¿Qué dice una mujer cuando queda bien satisfecha después de hacer el amor?”. Pregúntele usted eso a un amigo, y ante su silencio dígale: "Ya me imaginaba que no sabías”. Luego escape a todo correr para librarse de la eruptiva furia del infeliz burlado. En la clase de Historia Sagrada el Padre Arsilio le preguntó a Pepito: "¿Quién fue el primer hombre?”. De inmediato respondió el chiquillo: "Cuauhtémoc”. "No, niño -lo corrigió el buen sacerdote-. El primer hombre fue Adán”. "Ah, vaya -replica Pepito-. Usted dice tomando en cuenta a los extranjeros”. Salió de la habitación el médico y le dijo a Capronio con voz grave: "Su señora suegra ha entregado su alma a Dios”. Con simulada preocupación inquirió el majadero: "¿Y se la recibiría?”. Otro de Capronio. Le preguntó a un amigo: "¿En qué se parece tu hermana a un globo aeorostático?”.  "No sé -dijo el amigo, receloso-. ¿En qué se parecen?”. "Yo tampoco sé -replica el tal Capronio-. A un globo aerostático no me he subido”. Ahora voy a decirles a mis cuatro lectores qué hice en estos días últimos de octubre. (Nota de la redacción. Lamentamos informar que al oír ese anuncio de nuestro amable colaborador dos de sus lectores bostezaron sin recato alguno, en tanto que los otros dos cerraron el periódico y se pusieron a jugar Candy Crush. He aquí una nueva muestra de la apatía e indiferencia que reinan en nuestra sociedad). El domingo 20 presenté en la Feria Internacional del Libro, en Monterrey, mi más reciente obra: "La guerra de Dios”, que trata del conflicto cristero. Los bondadosos regiomontanos me trataron, como siempre, con generosidad munificente, vale decir con de a madre de generosidad. Hubo necesidad de abrir una sala adicional a la que se me había asignado, pues sólo de ese modo se pudo dar cabida a los centenares de personas que fueron a escucharme. Aun así muchas otras se quedaron fuera. Mis disculpas. Después estuve casi tres horas firmando los ejemplares que adquirió la gente. Mi agradecimiento. El martes 22 estuve en Hermosillo, convocado por el ingeniero Fermín Chávez, del Consejo Estatal Electoral. El jueves 24 fui a Mexicali, atendiendo una invitación de la Coparmex en su 55 aniversario. El viernes 25 peroré en Vallarta en la Convención Nacional de Fabricantes Muebleros. Finalmente, el domingo 27 hablé en Irapuato, en el hermoso y monumental patio de la Presidencia Municipal, dentro de los festejos de la Feria de la Fresa. Vale decir que en ocho días estuve en cinco ciudades. No está mal para un hombre de 15 lustros bien cumplidos, que debería estar sentado ya en una mecedora con una cobijita en las rodillas y un felpudo en los pies. Mientras Diosito bueno me conserve la salud, y mientras mis cuatro lectores me guarden su amistad, seguiré mi gozoso camino por la legua, llenándome los ojos, y el corazón y el alma, con las innumerables maravillas de este México que a pesar de tantos males -y de tantos malos- sigue siendo bello y sigue siendo nuestro. El itinerario que dije no lo puse aquí por presunción, sino para mostrar que ando en todas partes: por aquí, por allá y por acullá. Siento entonces el pulso de la Patria, si me es permitido ese símil cardiológico. ¿Qué observé en esos días? Observé que la República está exasperada. Particularmente la frontera norte arde en indignación por las reformas fiscales que afectarán gravemente a esa zona del país. En todas partes, sin embargo, y además por doquier, advierto malestar grande por las nuevas cargas fiscales impuestas a los ciudadanos, gravámenes que afectarán a todos, sean ricos, sean pobres o sean todo lo contrario. Ciertamente hoy por hoy el índice de popularidad del Presidente Peña Nieto no se encuentra en su más alto punto. Y ya no le sigo porque, igual que el país, yo también estoy muy encaboronado. "Dígame la verdad -le pidió una señora al productor cinematográfico-. ¿Cree usted que mi hija tenga cualidades para el cine?”. Quiso saber el productor: "¿Por qué me pregunta eso?”. Responde la señora: "Porque si no las tiene preferiría que siguiera siendo una chica decente”. En el programa de preguntas y respuestas el conductor le preguntó al concursante: "¿Qué es cloruro de sodio?”. La respuesta, claro, era "sal”, pero el sujeto dijo: "No sé”. "Voy a ayudarle un poco -ofreció el conductor-. ¿Qué les pone usted a sus huevos en la mañana?”. "¡Talco!” -respondió con acento triunfal el concursante. FIN.

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