Como México no hay dos

domingo, 14 de septiembre de 2014 · 21:20
El joven esposo se acercó a su mujercita. A las claras se veían sus intenciones. Dijo ella: "Debemos controlarnos, Pitoncio. Me preocupa el problema de la explosión demográfica”. "A mí también me preocupa, mi cielo -respondió él acercándose más-, pero ya traigo encendida la mecha”... Pirulina, muchacha de atractivas formas, fue a confesarse con el apuesto y joven cura recién ordenado. "Padre -le dijo-, me acuso de que estoy perdidamente enamorada de usted. En mis fantasías eróticas me veo abrasada de pasión, entregados los dos a ígneos deliquios de carnalidad. Bien sé que tales pensamientos son un pecado grave. ¿Cree usted que me salvaré?”. Le respondió el curita: "Si te salvas es sólo porque en seguida tengo que oficiar un bautizo. De no ser por eso no te habrías salvado”... A mí también me parecía chabacana, patriotera y hueca la expresión "Como México no hay dos”. Luego empecé a viajar por todos los extremos del territorio nacional; vi sus paisajes; conocí su gente; disfruté su gastronomía infinita; me maravillé con su arte y sus artesanías; con su letra y su música; leí su historia y sus leyendas. Y entonces aprendí una cosa: como México no hay dos. Vivo ahora en un deslumbramiento permanente. Estoy enamorado de mi país, quizá porque ando todos sus caminos. Veo arrobado el austero desierto de Sonora o de la Baja California; los altos pinos de las montañas en el altiplano; las selvas y bosques de niebla de Chiapas; los fértiles valles del Bajío; las cañadas de la Huasteca; el espléndido cielo de Oaxaca. Admiro con igual mirada los prodigios hechos por los hombres: las pirámides de nuestros primeros padres; los palacios y templos que España erigió en México; la belleza multicolor de las cosas creadas por nuestro pueblo; las nobles ciudades señoriales. Antes, cuando alguien decía aquello de "Como México no hay dos”, no faltaba quien le respondiera, irónico y burlón: "¡Cómo se ve que no has viajado!”. Ahora, si alguien me dice que no es cierto eso de que como México no hay dos, le digo: "¡Cómo se ve que no has viajado! Cuando conozcas tú país, cuando mires sus cielos y su tierra, cuando recorras sus caminos infinitos, y hables con su gente, y entres en su ánimo y en su ánima, entonces sabrás que es cierto eso de "Como México no hay dos”... Miss Peeny Senvy, feminista de las de antes, daba una conferencia. Preguntó en tono desafiante: "¿Dónde estaría el hombre de no ser por la mujer?”. Respondió una voz masculina desde el fondo: "En el Paraíso, sin ninguna preocupación y güevoneando todo el tiempo”... Nalgarina Granderriére, vedette de moda, le dijo al rico y senescente galán que la cortejaba: "Me encantan los sonidos susurrantes de la Naturaleza: el roce de las hojas en los árboles; la caricia de una ola que muere sobre la arena de la playa; el murmullo del viento en la misteriosa soledad del bosque; el leve ruido de un fajo de billetes al ser contados...”... Pepito jamás había visitado una granja. Su papá lo llevó a una, propiedad de cierto amigo suyo, y éste le mostró al niño los pollos que criaba. Llegada la cena la esposa del granjero mató un pollo y se puso a desplumarlo para la cena. Pepito vio aquello y le preguntó: "¿Todas las noches tiene que encuerar a los pollos?... Cae que no cae iba Empédocles Etílez por la calle haciendo eses. Una y otra vez el borrachín decía con tartajosa voz: "¡No me tumbe, don José! ¡Don José, no me tumbe!”. Un policía se le aproximó. Empédocles, deteniéndose de las paredes para no caer, seguía diciendo: "¡No me tumbe, don José! ¡Por favor, don José, no me tumbe!”. "¡Oiga, amigo! -le dijo el policía-. Aquí no hay nadie que lo tumbe. ¿A qué don José se refiere?”. Respondió el temulento: "A don José Cuervo”... Avidia, mujer joven, le dijo a una amiga: "Quiero encontrar a un hombre amoroso, romántico, tierno, espiritual, que me respete y me comprenda. ¿Es eso mucho pedir en un multimillonario?”... El agente viajero trataba de convencer a un señor de que le comprara un reloj a su hijo. "Es muy bueno -le dijo-. El muchacho no tendrá que darle cuerda. El reloj se da cuerda con el movimiento de la mano”. Replicó el señor: "Mi hijo es adolescente. Si las cosas son como usted dice, entonces va a encuerdar el reloj. (No le entendí)... FIN.


MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE
Si Mozart hubiera creado el mundo seguramente lo habría hecho como su música: sonriente, claro y transparente.
Así miré ayer el día. Fui a la montaña que amo y sé que me ama, porque un amor como el que yo le guardo tiene que ser correspondido. Subí despacio la vereda y llegué al sitio donde los pinos se abren y hay una hondonada pequeñita que recoge las aguas de la lluvia. Vi en la tierra húmeda las huellas que dejó el paso de un venado, y escuché el trino de ese pajarillo presuroso que con su canto fabricó su nombre: tildío.
Quedó lejana la ciudad, y quedó lejos ese lejano yo que no soy yo. Aquí estoy. Aquí estamos: cielo, montaña, nubes, agua de lluvia, tierra, pinos y bestezuelas, una más yo entre ellas. Alguna vez yo ya no seré, y el mundo seguirá siendo el mundo todavía. Yo lo miraré con otros ojos -seré otro-, y me veré en él como me miro ahora, en la común fraternidad de todo lo que existe.

¡Hasta mañana!...


MANGANITAS

Por AFA
"... Mucha gente está dejando de fumar...”.
Esa excelente medida
tiene un premio singular:
el que deja de fumar
está salvando su vida.

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