Protesta Saramago contra las armas

miércoles, 26 de noviembre de 2014 · 00:00
México, DF

A medida que Pilar del Río leía Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas, el último libro que dejó José Saramago (1922-2010), se convencía de que no quería publicarlo. Y no porque estuviera inacabado o porque no valiera la pena volver sobre el tema de la guerra y el negocio de las armas, sino porque no quería desprenderse del último eco de su esposo.
"Porque mientras estuvo en el sitio donde lo dejó… siempre cabía la esperanza de que viniera a acabarlo. Pero el día que tomé el original, lo fotocopié y lo envié a los editores, supe que estaba cerrado un capítulo. Me estuve reservando mucho tiempo a que ese momento llegara, pero sabía que el libro sería publicado en una circunstancia especial”, reconoce la viuda de Saramago.
El libro se publica ahora, porque se recuerda el centenario de la Primera Guerra Mundial, explica la periodista, y es una especie de alegato contra la guerra. Hoy sabemos que ese tema lo ocupó mucho, sobre todo en los últimos tiempos, así que podemos decir que toda la obra de Saramago es una meditación sobre el poder y la responsabilidad.




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