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‘Revivió’ el deporte a Ramiro

El sonorense, pero hijo adoptivo de Ensenada, perdió parte de la visión y decidió que no iba a rendirse de la mano de su esposa Martha y sus amigos
martes, 19 de septiembre de 2017 · 00:00

Gabriel García/EL VIGÍA
ggarcia@elvigia.net | Ensenada, BC

El sonorense Ramiro Rafael Celaya Ortega es un apasionado del deporte, nunca se ha vencido pese a perder la visión, señalando que al mudarse a Ensenada ha logrado grandes avances para los atletas con discapacidad.

Celaya Ortega gozó desde su infancia el atletismo, disciplina en la que sigue participando a sus más de 50 años, de la mano de su guía Manuel Huerta.

Ramiro desempeñó diferentes roles en su juventud dentro del basquetbol, ya que fue jugador, árbitro y también promotor del deporte ráfaga, destacando en la quinteta de los Tecolotes de Ensenada.

Ese equipo era dirigido por el profesor Jesús López Gastélum, a quien agradeció por todo su apoyo, ya que fue su primer conjunto en este puerto.

Posteriormente pasó a formar parte del Foviste junto a sus hermanos Celaya en la categoría Sub 20 y en Primera Fuerza logró un campeonato muy importante para él.

Aprendió los secretos del karate
De la mano del sensei José Oliveros, Ramiro estuvo aprendiendo la disciplina del karate, alcanzando diferentes grados, pero recuerda que no pudo llegar a cinto negro por tener que trabajar y no acomodarse en sus tiempos.

El atletismo, su “segundo amor”
El sonorense desde que era niño, corrió en las pistas atléticas en 100 metros planos, aunque se alejó un poco de esta disciplina por enfocarse al baloncesto.

Tras darse el problema de su vista, que es de nacimiento, aunque va en aumento en zonas como los oídos y la garganta, decidió volver a practicar este deporte en un equipo del Cicese.

Volvió a nacer
Hace muchos años Ramiro estuvo a punto de quitarse la vida, al tener su problema de pérdida de la vista, pero el atletismo lo hizo “volver a la vida” y superar sus problemas.

Al paso del tiempo, el sonorense logró dar los tiempos para participar en diferentes ediciones de la Paralimpiada Nacional en sedes como Toluca, Querétaro y Aguascalientes, eventos en donde lució y logró una medalla.

Melchor de la Rocha, un gran compañero de Celaya, con quien hizo el 1-2 en un Medio Maratón de Ensenada, reconociendo que el primero ya se retiró de la actividad y que hasta el momento ha participado en 47 medios maratones, 9 maratones de 42 kilómetros y un Ultramaratón de 50 kilómetros promovido por Efraín Zárate y Genaro Utrera.

Martha Guerrero, esposa de Ramiro, ha sido su principal motor para no rendirse, quien es ciega y pentacampeona nacional del golbol.

Precisamente en este deporte ha conquistado varias medallas en la Paralimpiada Nacional para Baja California, estado que lo adoptó desde hace muchos años, reconociendo que Ensenada le ha dado muchas cosas, ciudad por la que siente un enorme cariño.

Sus guías
Daniel Murillo, primer guía de Celaya Ortega, fue clave en su triunfo del Maratón de Mexicali, ganando ese evento en 2011 y un año después alcanzó un logro similar, pero en Tijuana.

Otro “seguro de vida” fue su perro guía Murphy, quien falleció hace casi 7 años, a quien se topó en los Estados Unidos por medio de un programa del Club Rotario, durante un evento en el que se enfrentó a atletas del país de las barras y las estrellas, así como España.

Actualmente su guía es Manuel Huerta, con quien entrena y participa en las diferentes carreras que se realizan en el estado, especialmente en Ensenada, a quien agradeció por ser sus “ojos” y una persona muy paciente con él.

Para los padres de familia que tienen hijos con algún problema físico o discapacidad, les pide que no los encierren, “ya que luego puede darse el problema de la depresión y sentirse rechazados por la sociedad, lo que no es correcto para que uno como persona pueda tener una vida más positiva”.

FICHA
Nombre: Ramiro Rafael Celaya Ortega
Fecha de nacimiento: 11 de marzo de 1959
Lugar de nacimiento: Naco, Sonora
Ídolo: Jacinto Ramiro
Deportes: Atletismo, softbol, artes marciales, basquetbol y golbol.

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