El mundo

Marchan miles por la Ciencia

La protesta mundial realizada en más de 600 ciudades pretende la reivindicación del papel que deben jugar los hechos en la sociedad
domingo, 23 de abril de 2017 · 00:00
AGENCIAS
Washington, D. C.

Decenas de miles de personas de todo el mundo participaron ayer en la Marcha por la Ciencia, una protesta que comenzó en Australia y se fue extendiendo a lo largo del día por más de 600 ciudades de Asia, Europa, África y América para culminar con la más multitudinaria, la de Washington.

Bajo el lema ‘Science, not Silence’ (‘Ciencia, no silencio’), decenas de miles de personas -alrededor de 75 mil, según los organizadores- se congregaron en Washington para participar en la primera marcha convocada y que se extendió hasta convertirse en una protesta mundial.

Los participantes portaban pancartas con frases como "Liberad el planeta”, "La Ciencia es global”, "Amamos la Ciencia”, "Einstein fue un refugiado”, "No hay planeta B” o "El hielo no tiene agenda”.

Una protesta que comenzó en Australia y Nueva Zelanda, en ciudades como Sydney, Brisbane, Camberra, Perth, Auckland o Wellington.

Según se iba despertando el mundo, se unieron manifestantes en Tokio, Hong Kong o Nueva Delhi, con actos que mezclaban la reivindicación de la ciencia con la celebración del Día de la Tierra.

En Nueva Delhi importantes personalidades, desde el primer ministro, Narendra Modi, hasta premios Nobel de la Paz como el dalái lama -exiliado en la India- o Kailash Satyarthi, remarcaron la necesidad de proteger la naturaleza para las nuevas generaciones.

La protesta se fue extendiendo por Oriente y llegó a Europa con un claro carácter científico.

En Francia científicos, universitarios y público en general organizaron marchas en Burdeos, Clermont-Ferrand, Grenoble, Lille, Lyon, Montpellier, Marsella, Niza, París o Toulouse.

Mientras, en Londres los defensores de la ciencia marcharon por las calles de la ciudad desde el Museo de la Ciencia hasta la plaza del Parlamento, en Westminster, para expresar su preocupación por lo que consideraron una "tendencia alarmante” entre los políticos a desacreditar la investigación científica.

Un ‘picnic científico’ con la presentación de diversos experimentos en el Parque Sigmund Freud marcó el inicio de la marcha en Viena, y unas 20 ciudades alemanas se unieron a la protesta global con acciones para defender la autonomía de la ciencia y oponerse a la llamada postverdad y a la postulación de que lo que se ha llamado "hechos alternativos”.

A orillas del lago Lemán se celebró la marcha en Ginebra, donde pedían que el acto de hoy fuera el "inicio de un gran movimiento de defensa de una ciencia al servicio de todos”, una idea que apoyó el ex director general del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), Rolf Heuer.

Y desde Lisboa, el comisario europeo de Investigación, Ciencia e Innovación, el portugués Carlos Moedas, pidió que los científicos "no tengan miedo de gritar” para defender la ciencia, a favor de la que se manifestaron centenares de personas en la capital lusa.

Según avanzaba la jornada y América comenzaba a despertar, los defensores de la ciencia comenzaron a dirigirse a las protestas convocadas en todos los puntos del continente.

Desde Buenos Aires hasta Vancouver, actos de reivindicación de la ciencia estaban convocados en Antofagasta y Santiago, en Chile; Porto Alegre, Brasilia, Río de Janeiro o Curitiba, en Brasil; Bogotá, Medellín o Cali, en Colombia; San José de Costa Rica; Ciudad de México, Guadalajara o San Luis Potosí.

Pero el grueso de las protestas se concentra en Estados Unidos, con más de 400 ciudades participantes en actos de defensa de la ciencia pero también para aumentar la concienciación sobre la importancia del Día de la Tierra y para protestar contra los recortes propuestos por Trump en los presupuestos de ciencia e investigación.

En riesgo
La protesta ponía de relieve una mayor postura pública de los científicos, que por lo general son ajenos a las movilizaciones y cuyo trabajo depende de la experimentación objetiva.

Los organizadores dijeron que la marcha tenía connotaciones políticas pero era ajena a los partidos para promover la comprensión de la ciencia y defenderla de diversos ataques, como los recortes gubernamentales propuestos por el presidente Donald Trump, entre ellos una reducción de 20 por ciento al Instituto Nacional de Salud.

Los investigadores participantes en la marcha dijeron que les preocupaba el rechazo público y político hacia los avances científicos, entre ellos el cambio climático y la seguridad de las vacunas.

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