La isla Guadalupe eslabón de la cadena del tiempo

En la isla Guadalupe están concatenados tres estadios en el tiempo de la humanidad, con armonía, en un solo espacio, en un solo mundo.

De una perspectiva pueden apreciarse, en forma simultánea, las acciones del hombre vertidas con ambas manos: la del puño cerrado que golpea, que destruye, y la de la mano abierta que restaura y construye.

Podemos ver los testimonios de un pasado de millones de años, cuando tras un espasmo volcánico el mar dio a luz este paraje único en el mundo.

Podemos apreciar la entrega de un reducido número de pobladores permanentes, que junto con sus familias son los guardianes de este paraíso en el que, con el auxilio de tres maestros, dan educación y preparación escolar a más de 50 alumnos desde preescolar, primaria, y hasta secundaria, en una modesta escuelita construida cerca de la playa en donde se protegen los elefantes marinos al abrigo de grandes rocas.

No sólo se restaura el estado natural de la isla, también se llevan a cabo acciones de conservación que propician la recuperación de los ecosistemas y el hábitat de las especies de flora y fauna marinas y terrestres, así como la recuperación de suelo, previniendo y evitando su erosión por efecto eólico e hídrico, acciones con las cuales se facilita al entorno recuperarse a su ritmo.

Los habitantes de la isla, conscientes y respetuosos de su entorno, realizan tareas enfocadas al adecuado manejo de sus residuos sólidos y líquidos, por lo que mantienen un programa de separación de residuos en el que han instalado recipientes etiquetados para colocar los desechos, depositándolos ordenadamente y que consisten en residuos inorgánicos, como los materiales de plástico, vidrio, metal y cartón, y los orgánicos, como los sobrantes de alimentos. 

Corresponde a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en coordinación con la Secretaría de Marina (Semar), la inspección y vigilancia de las Áreas Naturales Protegidas, como lo es la Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe, con lo cual el gobierno federal mantiene su compromiso de cuidar y conservar los recursos naturales de México para las generaciones futuras.    

La conservación es un trabajo que debemos asumir y nos corresponde a todos los ciudadanos. En ese tenor la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, a través de la Dirección de la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe, mantiene una estrecha colaboración con las organizaciones de la sociedad civil (OSC) cuya misión está orientada a acciones de conservación ambiental, como es el caso del Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI), dirigido por el Dr. Alfonso Aguirre Muñoz. GECI es una asociación civil sin fines de lucro, que tiene como objetivo la conservación integral y el desarrollo sustentable de las islas de México, quienes prestan especial atención a prevenir extinciones y a proteger a las especies y hábitat insulares. De esta forma GECI participó activamente en la erradicación de la población de cabra feral en la isla Guadalupe durante el periodo de 2003 a 2006. 

Para ampliar el tema solicitamos a la directora de la Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe, la maestra en Ciencias Marisol Torres Aguilar platicara a nuestros lectores sobre la reserva. Esto fue lo que nos trasmite la joven y bella maestra con su delicada y suave voz:

Estimado lector, por medio de estas letras me gustaría poder transportarte a través de un espectacular recorrido en donde nos embarcaremos como exploradores naturalistas para emprender, a bordo de nuestro barco de reconocimiento, una fabulosa expedición científica por la majestuosa

Así es que manos a la obra. Prepara tu equipo y comencemos esta increíble travesía al estilo de los aventureros como Charles Darwin.

Iniciaremos nuestro viaje dirigiéndonos hacia el océano Pacífico, a aproximadamente 260 kilómetros de distancia, frente a las costas de nuestra querida Baja California, cerca de Ensenada. Observa ahí a lo lejos, imponente y estoica, emergiendo de entre las profundidades del suelo oceánico. Ahí se encuentra la isla Guadalupe, de origen volcánico. Este complejo insular cuenta con una extensión de 32 kilómetros de largo y un máximo de 11 kilómetros de ancho, con una altura máxima de mil 300 metros sobre el nivel del mar.

Ahora, ¿qué te parece si te platico de algunos eventos que ocurrieron años atrás en la isla? Remontémonos entonces hacia un viaje por el pasado ecológico de la isla.

Durante el periodo que abarcó del año 1800 al 2003, la vegetación de la isla padeció el sobrepastoreo provocado por las cabras introducidas, cuyas poblaciones llegaron a estimarse hasta los 10 mil individuos, y pudieron ser erradicadas en un lapso de tres años que abarco del 2003 al 2006.

Quizás ahora te estarás preguntando ¿y cómo entraron las cabras a la isla? Esta especie fue introducida en la isla Guadalupe con el fin de que pudieran proveerse de carne durante sus estancias los navegantes norteamericanos, rusos e ingleses, así como cazadores que arribaron a la isla en busca de mamíferos marinos, tales como el lobo marino de California (zalophus californianus), el lobo fino de Guadalupe (arctocephalus townsendi), y el elefante marino del norte (mirounga angustirostris), importantes por la comercialización de sus pieles y grasas, por lo que debido a su caza y explotación, tanto el lobo fino de Guadalupe, como el elefante marino, fueron declarados extintos entre los años 1800 y 1860. No obstante, durante los años que comprenden de 1911 a la década de 1950, un pequeño grupo de ambas especies fue localizado en la isla Guadalupe. Actualmente sus poblaciones se están recuperando satisfactoriamente debido a la legislación ambiental que protege a todas estas especies, incluyendo al gran tiburón blanco (carcharodon carcharias).

Dado esto último, como te imaginarás ha sido muy importante generar instrumentos y políticas de manejo que nos ayude a proteger y conservar los recursos naturales de nuestra isla Guadalupe. Por tanto, el gobierno federal promulgó el 25 de abril del 2005 el decreto por el que se declara como Área Natural Protegida, con categoría de Reserva de la Biosfera, a la Zona Marina y Terrestre de la Isla Guadalupe, de jurisdicción federal, instrumento jurídico mediante el cual se estableció que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, será la responsable de conservar y administrar sus ecosistemas y recursos naturales, así como vigilar que las acciones que se efectúen dentro de ésta se ajusten a los propósitos de su declaratoria.  

Por lo que este 25 de abril, nuestra Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe está celebrando el noveno aniversario de su decreto.

¡Te lo puedes imaginar! En estos momentos estás disfrutando de uno de los sitios que además de su belleza escénica y paisajística, es reconocido a nivel internacional por su gran biodiversidad, y que presenta una relevancia similar a las islas hawaianas, las Galápagos y las islas Aleutianas; ya que la isla Guadalupe es el hábitat de múltiples especies de flora y fauna, marinas y terrestres que por sus características muy particulares, únicamente podemos encontrarlas viviendo ahí. A esto se le llama endemismo. 

¿Qué te parece? Hermosa ¿no? Bueno, prosigamos con nuestro recorrido.

Giremos el timón de nuestro barco y vamos a todo vapor. La isla, como podrás apreciar, se encuentra rodeada por frías y cristalinas aguas, ricas en nutrientes, lo que hace que su alta productividad proporcione sostén a una gran diversidad de especies de importancia comercial como lo son el atún aleta azul y amarilla, el jurel, el abulón azul y amarillo y la langosta roja del Pacífico, además de ser una importante zona de refugio y reproducción; la conservación de esta área ha hecho posible mantener actividades productivas sustentables, como la pesca artesanal de langosta y abulón, que en la actualidad es realizada por parte de la Sociedad Cooperativa Pesquera, quienes desde hace 50 años se han dedicado a su práctica en la isla Guadalupe.

Esta comunidad de pescadores y sus familias han mostrado ser los guardianes de esta Área Natural Protegida, ya que de manera voluntaria, y en conjunto con las autoridades federales, apoyan en las actividades de vigilancia de sus ecosistemas y su biodiversidad, por lo que es importante fortalecer sus capacidades locales para prevenir ilícitos en materia ambiental, por lo que participan activamente a través de diversos programas de subsidio que implementa y financia la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), como lo son el Programa de Vigilancia Comunitaria (Provicom) por sus siglas.

Recientemente los miembros de la Sociedad Cooperativa, integraron su Comité de Vigilancia Comunitaria, por lo que se les tomo protesta por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en conjunto con el personal de Conanp y se les realizó la entrega de sus credenciales que los acreditan como vigilantes comunitarios de la Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe. 

Hemos llegado al final de nuestra travesía. ¿Qué te ha parecido? De nuestra parte quiero agradecerte por el tiempo que nos has brindado al acompañarnos con tu lectura por este maravilloso recorrido, y en nombre de la Dirección de la Reserva bajo mi cargo, así como de mis colegas y equipo de trabajo Alejandro Ramos, Donaxi Borjes, Edith Lorenzana y Antonio Romero, guardaparques de la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe, mujeres y hombres tenaces y entusiastas que con su esfuerzo, trabajo y compromiso diario, dan sentido a nuestro lema más importante en la Comisión Nacional de Áreas Protegidas: "Conservación con, por y para la gente”.

Noveno aniversario del decreto de la Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe: 25 de abril

Aunque todo ha cambiado, aquí no cambia nada: Son otras generaciones pero son los mismos tiburones blancos que visitan la isla, los mismos elefantes marinos que llegan al refugio a curar las heridas de los "sacabocados”; es el mismo sereno planear del albatros que, apoyado en el suave viento de la brisa, navega grandes distancias… por el puro gusto de volar.

Atrás quedaron dos siglos de voraz destrucción del hombre y las especies introducidas por él mismo.

Ahora, las acciones de conservación es lo que prevalece en la isla, como la recuperación del ciprés de Guadalupe, que vuelve a surgir con mayor ímpetu, bajo la caricia de la firme mano del guardaparque que lo apoya en su resurgimiento.

* Miembro de Tecnociencia en la Economía.

Por Raúl Bernal Gastélum*, Marisol Torres Aguilar/COLABORACIÓN