¡Yo Soy San Quintín!

lunes, 28 de noviembre de 2016 · 00:00
Victoria


No, esta vez tampoco hablaremos de algún congénere femenino, en esta ocasión el término es casi obligado dada la noticia de la muerte uno de los personajes más simbólicos de nuestra generación. De antemano me declaro ignorante de su historia; me remito sólo a un puñado de datos de los que circunstancialmente nos han llegado.
Del ejercicio de gobierno y cosas peores son los temas recurrentes en mi persona, como tal sucumbí a la tentación de publicar un indefinido comentario en redes sociales acompañado de la imagen de Fidel con una mueca para mí un tanto socarrona. Quien al parecer vivió siempre en victoria personal, por lo menos como gobernante de un pueblo. Sobrevinieron algunos "likes”, algunos comentarios más o menos en pro y otros tantos en sentido contrario, que no hicieron más que ratificar la idea que tengo del personaje.
Sólo aquellos que cargan el muerto saben lo que pesa. Desde mi enfoque, cualquier líder que enarbole causas en las que acuse situaciones o condiciones que posteriormente reciba en sentido contrario, no cumplió o no logró sostener la validez de las acciones que de origen legitimaron sus actos. 
Así como cuando la ideología es el origen del interés, hasta que se pierde el interés por la ideología, a cambio del interés. O dicho en otras palabras, el fin justificó los medios hasta que los medios marcaron el fin del fin mismo. La retórica del "comandante” versus conocer lo que su pueblo vive, nos permite calificar sus actos y nos da tema de conversación.
Como siempre, guardando todas las proporciones, al intentar cotejar el caso de Cuba respecto de  nuestro gobierno, sólo puedo decir que para empezar usted no estaría leyendo este texto, ni expresaría su sentir sobre este ni sobre ningún otro tema en el que se calificaría las acciones de gobierno, mucho menos lo tildaríamos con la diversidad de adjetivos calificativos con los que galardonamos a los funcionarios, so pena de ser castigado. 
Su servidor, igual que otros muchos entre los que tal vez se cuente usted, nos hemos dado lujo de hacer señalamientos y acusaciones directas, por los que presumo de haberme atrevido a hacerlos en la bella isla caribeña hubiera estado esperando a Fidel desde hace tiempo. 
Tal vez en mi país muchos han arriesgado la vida al intentar buscar mejor vida, pero hasta donde sé, como tal, no se castiga el intento. Seguro es que no tenemos el mejor sistema de salud, de justicia, de educación, que la calidad de vida dista mucho de ser la deseada, pero aún prefiero la imperfección de lo que he recibido de nuestra revolución y del sistema de gobierno actual, en el que mucho de lo que se puede mejorar aún depende de los ciudadanos y no de la vida de algún tirano, en donde vivo en libertad de trabajar y empeñarme por conseguir mi propia victoria o intentarlo por siempre por lo menos, ¿y usted?

Por:
Jorge A. López
Comentarios: jorgelopezmx10@hotmail.com

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