Detona el TLCAN autos y electrónica
México, D. F - A 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), los sectores automotriz y electrónico se convirtieron en la punta de lanza de la industria mexicana. En tanto, ramas productivas como el juguete, calzado y vestido fueron las grandes perdedoras.
"Se esperaba que con el tratado hubiera sectores ganadores y perdedores, con un común denominador donde las ganancias superarían las pérdidas y los ganadores compensarían a los perdedores”, explicó Mauricio Millán, vicepresidente de Consultores Internacionales.
Para las grandes armadoras automotrices, instalarse en México fue atractivo gracias al Tlcan y a la red de tratados que siguieron.
En 1994 la fabricación de autos terminados y autopartes representó 1.37 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. "La industria automotriz se benefició de varios factores a partir del Tlcan, entre ellos la integración de cadenas de valor, la adaptación de proveedores e incluso las concesiones de importaciones mediante los diferentes programas de excepciones”, precisó José Salvador Meza Lora, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California.
Crecen otros sectores
Otro sector que fue sumamente aventajado fue la industria de eléctricos y aparatos electrónicos, dado que durante la década de los noventa la industria electrónica tuvo una tendencia ascendente solo interrumpida por la última crisis financiera internacional, explicó Sergio Ordóñez Gutiérrez, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En contraste, la apertura del mercado golpeó a la industria del juguete, del calzado, el textil y las prendas de vestir tuvieron caídas. "La ausencia de una política industrial provocó que no se pudiera enfrentar competencia externa, por lo tanto, en el balance podemos decir que la falta de competitividad llevó a la ruptura de cadenas productivas”, precisó Millán.
"Se esperaba que con el tratado hubiera sectores ganadores y perdedores, con un común denominador donde las ganancias superarían las pérdidas y los ganadores compensarían a los perdedores”, explicó Mauricio Millán, vicepresidente de Consultores Internacionales.
Para las grandes armadoras automotrices, instalarse en México fue atractivo gracias al Tlcan y a la red de tratados que siguieron.
En 1994 la fabricación de autos terminados y autopartes representó 1.37 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. "La industria automotriz se benefició de varios factores a partir del Tlcan, entre ellos la integración de cadenas de valor, la adaptación de proveedores e incluso las concesiones de importaciones mediante los diferentes programas de excepciones”, precisó José Salvador Meza Lora, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California.
Crecen otros sectores
Otro sector que fue sumamente aventajado fue la industria de eléctricos y aparatos electrónicos, dado que durante la década de los noventa la industria electrónica tuvo una tendencia ascendente solo interrumpida por la última crisis financiera internacional, explicó Sergio Ordóñez Gutiérrez, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En contraste, la apertura del mercado golpeó a la industria del juguete, del calzado, el textil y las prendas de vestir tuvieron caídas. "La ausencia de una política industrial provocó que no se pudiera enfrentar competencia externa, por lo tanto, en el balance podemos decir que la falta de competitividad llevó a la ruptura de cadenas productivas”, precisó Millán.
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