El arte de peinar y saber escuchar

Susana Sánchez Montejano es una de las mejores confidentes de las personas que atiende, pues desde hace 30 años se ha dedicado a cortar el cabello, hacer peinados y tintes.

Esta estilista tuvo presente desde la secundaria a qué se quería dedicar; afirma que de muy joven le gustaban mucho los peinados, por lo que de inmediato comenzó a estudiar para poder cumplir su sueño de tener un salón de belleza propio.

Siempre apoyada de sus familiares, pero sobre todo de su único hijo, Carlos Cubeyro, comenzó a trabajar en diversas estéticas, donde le permitieron conocer personas que estarían con ella por más de 20 años.

"Yo siempre me preocupo por tener bien atendidos a mis clientes, por lo que cada que surgía la oportunidad de probar un mejor trabajo y continuar aprendiendo, ellos me seguían a donde fuera”.

A Susana su trabajo le da esa estabilidad económica que cualquier persona busca, pero lo que realmente la deja satisfecha es la interacción con las personas con quienes convive todos los días, y sobre todo hacer peinados.

"Dentro de mi trabajo uno hace muchísimas cosas, pero hacer peinados es algo que me sigue emocionando; las personas llegan a mí con la confianza de que por más difícil que se vea el arreglo lo voy a lograr; me dicen que lo quieren igual que la foto”.

Hoy ha logrado establecer su propio salón de belleza en una de las zonas más transitadas de la ciudad, y realizar uno de sus sueños, el poder independizarse.

"Los que más me interesa es dejar satisfechos a cada uno de mis clientes, algo que hasta la fecha me esmero por hacer, pues sé que si se van es para volver a regresar”.