Se arman locatarios para frenar a policía

El encuentro duró alrededor de 20 minutos, pero con el argumento de que los rebasan en número los agentes recibieron la orden de retirarse
martes, 23 de septiembre de 2014 · 00:00
Desde machetes, pasando por ramas y hasta rocas bañadas con gasolina para crear una brecha de fuego, formaron parte de la defensa de los locatarios para frenar a los agentes de policía, quienes acudieron a cumplir con la orden de desalojo del centro comercial y turístico La Bufadora. 
La jornada de ayer fue la más tensa en los últimos diez meses desde que el Juzgado Séptimo de Distrito ordenó al presidente municipal, Gilberto Hirata Chico, la entrega de más de 14 mil metros cuadrados al Ejido Coronel Esteban Cantú.
En contraste con otras manifestaciones en las que se enfatizaba el diálogo y la paz, los comerciantes optaron por bloquear con automóviles el área del estacionamiento; juntar rocas y cortar ramas; armarse con tubos y blandir constantemente machetes, mismos que contrastaban con las banderas y playeras blancas que algunos portaban.
El movimiento comenzó desde las 7:00 horas, pues de tiempo en tiempo se veía la llegada de trabajadores mediante camionetas; la primera acción fue cercar nuevamente la entrada principal.
Después, Darvy Batallar Gómez -vocero del grupo "La Bufadora en Lucha”- acomodó a los asistentes en filas de ocho, para formar un frente de resistencia en el que también estaban mujeres, niños, personas de la tercera edad, incluso una embarazada, aunque posteriormente los retiraron para dejar únicamente a los hombres.

Tensión 
Las siguientes tres horas fueron de espera y escuchar constantemente que la policía se estaba agrupando en la delegación de Maneadero, mientras que en el área del estacionamiento se terminaban de colocar las rocas, troncos y hasta pedazos de concreto. 
Entre los comentarios de la gente se escuchaba que una señora tenía machetes en una caja y los repartiría; que a los jornaleros se les había pagado 100 pesos para acudir a defender la zona; que había que conseguir gasolina a como diera lugar; que había que buscar otro trabajo; que algunos locatarios habían sacado sus cosas desde una noche antes mientras otros se quedaban; que deberían resistir hasta el final.
Batallar Gómez y Alejandro Cuevas López pedían calma a la gente y que recordaran la importancia de no ser ellos quienes comenzaran las agresiones.
Alrededor de las 10:00 horas aparecieron los camiones con los agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, encabezados por el director Enrique Villarreal Montemayor, y Óscar Hernán de la Peña Ojeda, director de Asuntos Jurídicos, así como comandantes operativos y -según la versión oficial- 250 policías. 
En el lugar también estaban los abogados Eva Covarrubias Vázquez y Jorge Carrillo Maciel, pero faltaron el actuario del Juzgado de Distrito o representantes de la parte quejosa del Ejido Esteban Cantú.
El encuentro duró alrededor de 20 minutos, entre pláticas y negociaciones de las partes, mientras los policías esperaban relajados, en contraste con los locatarios quienes lanzaban consignas y chocaban los machetes contra el asfalto y madera puesta como barrera. 
Algunas mujeres lloraban ante lo que creían sería su inminente salida del sitio.
Los policías avanzaron dos metros, mientras los locatarios -abrazados- los esperaban; otros comerciantes intentaron prender fuego a las rocas, pero Cuevas López evitó dicha acción.
De la Peña Ojeda determinó que no podrían caminar más y pidió al personal que se retirara, con el argumento de que los rebasan en número. 
Los locatarios explotaron en euforia al ver la salida de los policías, aunque hubo un momento en el que estuvieron a punto de perder el control al registrarse algunos empujones que fueron controlados. 
Los agentes se limitaron a rodear los automóviles, guardar sus escudos y retirarse del sitio, mientras a lo lejos seguían escuchando los gritos y, a manera de final, algunas estrofas del Himno Nacional Mexicano. 

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