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El meme reta al cartón

Antes el cartón político tenía como premisa dar voz a los que no la tenían y sintetizar una denuncia; eso ha cambiado con las redes sociales. En la actualidad, con los memes, cualquiera pone a trabajar su creatividad y expresa su sentir
miércoles, 27 de julio de 2016 · 00:43
OCTAVIO ORTEGA/AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Darío Castillejos (Oaxaca, 1974) publica Impresiones de un mundo desdibujado, un libro en el que desfilan desde Felipe Calderón hasta el Papa Francisco I. Un recorrido por el absurdo y la injusticia. El cartón no pierde con el meme; al contrario, lo potencializa, asegura Darío Castillejos.

 

Monero o caricaturista, como sea que lo llamen, Darío, cartonista oaxaqueño de 41 años, considera que antes el cartón político tenía como premisa dar voz a los que no la tenían y sintetizar una queja, una denuncia; eso ha cambiado con las redes sociales. En la actualidad, con los memes, cualquiera pone a trabajar su creatividad y expresa su sentir.

 

"Algunos dibujantes dicen que el meme es un humor que le hace competencia desleal a la caricatura, donde cualquiera dice tonterías, donde hay desinformación. El cartón, por definición, es diferente y por ello es un reto”, detalla.

 

La visita del presidente Enrique Peña Nieto a Canadá es un episodio que ejemplifica cómo los moneros se vieron obligados a repensar sus cartones y a trabajar en mejores ideas.

 

"Ahora que Peña Nieto estuvo en Canadá, sacan la selfie de Trudeau (Justin Trudeau, primer ministro de Canadá) que viene con Obama y un copete a la mitad... eso es un cartón genial. Entonces, el reto para el cartonista es mayor”, señala.

 

Otro ejemplo es un cartón suyo, El espejo, con el que Darío ganó un premio en Brasil. Un limosnero que porta un espejo que refleja a quien está a punto de otorgar una limosna. Refiere que la idea del limosnero es un cliché, pero para ese cartón se inspiró en una frase: "la diferencia entre pedir y dar está en la posición de la mano”.

 "Una idea se puede haber repetido mil veces, pero se puede decir algo distinto”, considera.

CARTÓN NO ESTÁ EN CRISIS

En su opinión, no hay una crisis del cartón político, sino todo lo contrario: los cartones tienen más vida y exposición gracias a internet.

 

"Las redes han venido a ser un vehículo increíble para compartir algo que antes era muy efímero. Quedaba en pasar la página y se acabó la vigencia del cartón. Algunos quedaban en el colectivo, pero por lo general pasaba. Hoy, en redes, se vuelven memes, se comparten, se enriquecen y andan por ahí adornando páginas”, explica.

 

Admite que hay riesgos: a mayor difusión y exposición, se pierde el control. Los cartones son publicados en medios sin autorización o son intervenidos y se publican sin consultar al autor.

 

Reconoce que es imposible conocer el destino de la imagen una vez que se publica en internet, pero es el riesgo implícito de la exposición "viral” que llegan a tener algunos cartones.

  "En un medio tan anárquico como las redes es difícil que se respete la autoría del cartón, pero no puedes estar peleando”, admite.

EL CARTÓN Y LA POLÍTICA
Darío acaba de publicar su libro "Impresiones de un mundo desdibujado”, editado por Almadía, en el que incluye un conjunto de cartones sobre la crítica al poder. Una recopilación de imágenes que ha publicado en 25 años.

Los cartones fueron seleccionados por Guillermo Quijas y Alejandro Magallanes.

 

"La caricatura tiene como tarea deformar, exagerar, sobrecargar... y la realidad está cada día más deformada, más sobrecargada y los políticos están haciendo una competencia desleal. Decía Alarcón, ‘los políticos nos salen a ganar la idea’. Por ejemplo, con Fox fue el ascenso de la caricatura al poder. Fox hablaba y el cartón estaba elaborado”, expresa.

 

Considera que la deformación de los políticos ya no es tarea de los caricaturistas, sino de los propios políticos.

 

"Un político que pasa su gestión sin una caricatura se debe plantear realmente si quiere seguir en la política. Un político puede capitalizar esa crítica para ver su proyección política, pero si no se habla ni bien ni mal, quiere decir que está equivocado”.

 -¿Trump es un ejemplo del político al que hay que descaricaturizar?
-En su caso, hay que desdibujarlo, porque el tipo es una caricatura. Mediáticamente es un showman, clown; no puede ser serio, pero hay quienes sí le creen porque viven en ese teatro, en el reality show.

EL QUESO OAXACA

Colaborador de El Imparcial de Oaxaca, la revista Foreign Affairs Latinoamérica y El Chamuco, Darío lamenta que la corrupción, la pobreza y la ignorancia sean patrocinadas por presidentes y gobernadores.

 

Un ejemplo es Oaxaca, una entidad con altos niveles de pobreza que genera una clase política que vive en la riqueza.

 

"Gabino Cué empezó con una expectativa y fue involucionando hasta convertirse en una caricatura de sí mismo. No se fue nunca el PRI, estuvo ahí metido hasta la entraña. Estuvieron muy apretaditos, pero esta especie, cuando la tienes apretada, germina más y ahora salen, y vienen con todo”, expone.

 

En su perspectiva, la corrupción gesta a los políticos, es como el suero de los quesos, va implícita.

 "La corrupción los gesta, la corrupción para ellos es muy redituable, es su forma de vida, su estilo, lo respiran lo transpiran. La corrupción es el medio con el cual se mantienen en el poder”.

Darío desea que su libro y sus cartones agiten la conciencia, reten a quien los tenga enfrente, pues ése es su trabajo.

La caricatura tiene como tarea deformar, exagerar, sobrecargar... y la realidad está cada día más deformada, más sobrecargada

Algunos dibujantes dicen que el meme es un humor que le hace competencia desleal a la caricatura, donde cualquiera dice tonterías, donde hay desinformación

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