Quiere padre ver a su hija

Un ciudadano solicitó a la juez primero de Primera Instancia de los Familiar, Gloria Elena Ptacnick Preciado, que dé la resolución definitiva a los juicios de convivencia y divorcio que enfrenta, porque no ha podido convivir con su hija durante siete años y se ha perdido momentos importantes de su crecimiento. 

El ciudadano Francisco Correa Sandoval compartió una carta abierta a El Vigía para exponer su situación y, en entrevista, aseguró que esto lo ha llevado a sufrir "ansiedad” y "depresión”. 

Especificó que el juicio de convivencia comenzó en junio de 2010, según aparece en el expediente 2054/2010, mientras que el de divorcio es 0948/2012. Esto ha sido desde los 11 meses de nacida de su hija, quien cumplirá 8 años en julio próximo. 

Correa Sandoval enfatizó en que siempre ha sido puntual en el pago de la pensión alimenticia, que en promedio son 12 mil pesos mensuales, y que ha pasado en forma exitosa evaluaciones de psicología y psiquiatría, con diversos peritos, por lo que no representa algún riesgo para su hija.  

Sobre su situación, detalló que no ha convivido con la menor en fechas representativas como el Día del Padre, Año Nuevo, Navidad. Sólo en un cumpleaños de ella, que fue el de 2016. Tampoco ha podido asistir a actividades escolares porque no le decían en qué guardería o primaria estaba la niña, según ejemplificó. 

"Uno llega a pensar muchas cosas: una, que es por ineficiencia simplemente del personal que está ahí, que no está capacitado o no hace su trabajo como debiera. Otra es que haya sido atrasado a propósito por una serie de favores del mismo personal del juzgado”, comentó. El ciudadano ha tenido que acudir a un amparo y protección de la justicia federal en contra del juzgado referido (001591/2015; 30 de octubre del 2015) por "la lentitud y omisión en los juicios”.

"La lentísima respuesta por parte de usted para la resolución objetiva e imparcial a este y, muy probablemente otros casos, se traduce -y se ha traducido ya lamentablemente- en un daño permanente al desarrollo psicológico de los niños, el cual desafortunadamente se verá reflejado en la forma en que se conduzcan como ciudadanos adultos.

"En su capacidad de decisión, de juicio, la velocidad y rigor con que se aplique la ley, descansa la salud mental, física y la vida de miles de niños de Ensenada”, concluyó Correa Sandoval.