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Historia de esfuerzo

miércoles, 14 de marzo de 2018 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Monterrey, N. L.

En las elecciones del 1 de julio, millones de mexicanas ejercerán el derecho al voto para marcar el rumbo del país.

El sufragio de las mujeres, hoy indiscutible, es el resultado del esfuerzo de ciudadanas que desafiaron al establishment.

“Muchos hablan de que a la mujer se le concedió el voto, pero estas palabras no son correctas”, expresa Miriam Hinojosa Dieck, politóloga y consejera electoral. “El voto es un derecho y a la mujer, como ser humano, se le reconoce, no se otorga”.

La batalla por el sufragio se desarrolla a la par de los movimientos feministas del resto del mundo con auge en el siglo 20, agrega la socióloga María Gutiérrez Falcón.

Carta al Congreso
La historia del voto femenino en México inició en 1857 cuando un grupo de mujeres envió una misiva al Congreso Constituyente, pidiendo que se les reconozca el sufragio.

“En el texto de esta Constitución no se incluye expresamente el derecho, pero tampoco se niega, y esta ambigüedad se vuelve importantísima en la lucha”, señala Hinojosa Dieck.

En el oaís también se realizaron congresos feministas en los cuales se tocaron, entre otros temas, la oportunidad de que ellas puedan aspirar a un puesto de elección popular, dice Gutiérrez Falcón.

Pero la historia se repite en el Congreso Constituyente de 1917: los diputados hacen oídos sordos al movimiento sufragista, y una vez más el texto no reconoce el voto femenino, aunque tampoco se niega.

“En estos años surge la figura de Hermila Galindo, quien aprovechando la falta de claridad en la Constitución se lanza como candidata a diputada, carrera que pierde”, asegura Gutiérrez Falcón, también catedrática de la UDEM.

Logran objetivo
Mientras las mexicanas empujaban por el derecho al voto, otros ofrecían argumentos para negárselo, asegura Dieck Hinojosa. Decían que no tenían la suficiente educación o que eran fácilmente influenciadas por los sacerdotes.

“Incluso había feministas que se oponían a que se les reconociera el derecho, porque decían que un mundo tan corrupto como la política, no comulgaba con sus actividades tan nobles”, puntualiza la consejera electoral.

El objetivo por el reconocimiento del voto y la posibilidad de ser votada a un cargo público fue alcanzado el 17 de octubre de 1953, luego que las sufragistas recabaran 500 mil firmas a su causa en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines quien, en campaña, ya esbozaba el apoyo al movimiento.

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