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Tiemblan dreamers

domingo, 27 de agosto de 2017 · 00:00
AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Con la nueva Administración estadounisense, el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés) que permite a cerca de 800 mil indocumentados permanecer en Estados Unidos, pende de un hilo. Cinco de ellos, originarios de Puebla y de la Ciudad de México comparten sus historias con Grupo REFORMA.

‘América es todo lo que yo conozco’
Gabriela Martínez, 20, llegó a Estados Unidos por avión cuando tenía un año de edad, acompañada de su hermana mayor y su madre.

"América es todo lo que yo conozco. Es el país que yo amo, en donde yo crecí”, comentó a Grupo REFORMA.

Martínez obtuvo su DACA cuando tenía 16 años, en el 2012. Este permiso le ayudó a trabajar legalmente como mentora de estudiantes en la universidad y en el negocio de la familia, una tienda de comestibles.

"Me ha dado muchas oportunidades, que mucha gente no tiene. Simplemente con poder trabajar y obtener mi licencia de conducir ha sido una bendición para mí”, reafirmó la joven, quien se graduó en junio de la universidad, Borough of Manhattan Community College en Artes Liberales, y en otoño va a ingresar a Hunter College para empezar su bachillerato en salud de la comunidad.

Sin embargo, la Administración Trump deja a Martínez con inseguridades sofre su futuro.

"Hay mucha ansiedad porque nunca sabes qué puede pasar. La noticia de estudiantes con DACA siendo deportados me ha asustado con esta nueva Administración”, sostuvo.

‘Yo podría ser la siguiente’
Al día de hoy, Alma Ramales, 19, trabaja de manera legal como cajera de un supermercado estadounidense, lo que le permite pagar sus estudios. Cruzó la frontera con su madre y hermana cuando tenía un año.

"Yo me considero americana porque fui criada aquí y soy parte de esta cultura. Conozco toda la historia sobre Estados Unidos. Ni siquiera conozco la historia de mi país nativo, México. Por esa razón considero este país como mi casa”, explicó.

Ramales, quien obtuvo su DACA en el año 2014 cuando tenía 16 años, es estudiante de la universidad, Borough Manhattan Community College en la facultad de enfermería.

"Soy una estudiante, una trabajadora, y soy una dreamer, soñando que un día pueda tener mis derechos y mi voz sea escuchada por el Gobierno”,, enfatizó.

La recién noticia de que DACA puede terminar inquietó a la joven.

"Me siento aterrorizada con el presidente Trump diciendo tantas cosas acerca de deportar a más gente incluso a los que ya han sido deportados y no son criminales. Me hace pensar que yo puedo ser la siguiente en ser deportada”, indicó.

‘¿Que va a pasar con nosotros?’
Cuando Dulce Martínez tenía 14 años, ella y su hermana menor se fueron a perseguir el sueño americano. Hoy, a sus 30, se encuentra establecida en este país con sus hijos: una niña de 9 años y un pequeño de 7.

"Yo me siento americana porque he estado aquí por la mayor parte de mi vida y he contribuido a mi comunidad que es mi hogar”, aseguró.

Desde que obtuvo su permiso DACA en 2014, Martínez y su familia han tenido mejores oportunidades. Antes tenía empleos mal pagados como cajera de fruterías y limpiando casas.

Ahora está trabajando como una maestra suplente de preescolar y como mentor de estudiantes en su universidad.

"Estoy un poco decepcionada porque nos quieren quitar este permiso (DACA) que tenemos y me hace pensar en mi futuro y en el futuro de muchos.

"¿Que va a pasar con nosotros? Pienso que todo lo que hemos logrado y estamos luchando es en vano”, comentó acerca de la posibilidad de que con Trump este permiso termine en septiembre.

Su meta para que el DACA no sea cancelado es unirse con otros dreamers para presionar al Gobierno y luchar por sus derechos.

‘No deberían detenernos por no tener un papel’
Sebastián Villegas, 21, es estudiante en psicología de la universidad Hunter College; su su meta es ser un pediatra y ayudar a los países pobres con asistencia médica. Su madre cruzó la frontera con él en brazos, cuando tenía apenas 9 meses de nacido.

"Realmente no me siento ni americano ni mexicano. Cuando mi familia hace una tradición mexicana yo me siento excluido porque es algo nuevo para mí que no se hace en Estados Unidos. Al igual que no me siento americano por no haber nacido aquí”, señaló.

Villegas obtuvo su DACA en 2012 y ahora trabaja como un consejero de niños de ADHD en un campamento de verano por parte del centro médico de la universidad de Nueva York.

"No quiero exagerar esto, pero si no fuera por DACA no habría sido capaz de seguir adelante”, aseveró.

Villegas admite que no le sorprende que su permiso pueda terminarse, pero sí se siente impotente al respecto.

"Yo he trabajado duro para llegar a donde estoy. No sólo yo, sino muchos estudiantes indocumentados. No debemos ser detenidos o retenidos de nuestros sueños por no tener un papel de legalización”, subrayó.

‘Yo no vivo con miedo, sigo con mi vida normal’
Acompañado de sus padres y sus tres hermanos, Jesús Huerta cruzó la frontera cuando tenía 7 años. Hoy, a sus 24, trabaja en una agencia ayudando a niños con autismo.

"Yo soy americano porque tengo los valores americanos. Soy abogado de aquellos que no tienen voz”, afirmó Huerta, quien es estudiante en psicología y estadística de la universidad Hunter College y aspira a ser profesor de universidad.

Con DACA en 2012, el joven pudo obtener su permiso de trabajo, licencia para conducir, y seguro médico.

"Me ha dado una paz sabiendo que estoy protegido contra la deportación”, expresó.

"¿Porque están pensando en terminar DACA después de que el presidente Trump dijo que no lo tocaría?”, pensó cuando escuchó que su protección estaba en riesgo.

Por ahora, Huerta sostiene que continuará luchando para que sus derechos no sean ignorados como vicepresidente de relaciones públicas para CUNY DREAMERS, un club de la universidad quie defiende a los estudiantes indocumentados y luchan contra una reforma migratoria.

"Yo no vivo con miedo constante. Yo sigo haciendo mi vida normal”, aseveró.

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