“Fulgor de los setenta”

Por Heberto Peterson Legrand
domingo, 2 de octubre de 2016 · 00:00
Obra de Joaquín Martínez Torres

Hace 61 años a las 3:45 de la madrugada, un joven estudiante de medicina robaba tiempo al sueño para estudiar y memorizar términos de anatomía en aquel silencio de 1955 que le permitía concentrarse para asimilar y hacer propios aquellos conocimientos, entre otros más.

Una vez jubilado pero con el hábito adquirido, aquellos silencios y los de hoy, son para el escritor, cuentista, ensayista y poeta, su espacio y su tiempo, para sumergido en ellos afinar sus sentidos, escuchar los silencios, abrir la puerta de su imaginación, evocar las vivencias de toda una vida y dejar que la musa de su inspiración se presente para iniciar el maravilloso despertar de su creatividad.

"Fulgor de los Setenta” es un libro con el hermoso prólogo de Lourdes García Santos, la persona que quizá conoce mejor la obra del autor Joaquín Martínez Torres, es poesía cuyo lenguaje sólo nuestro corazón puede entender y disfrutar y nuestra alma traducir. 

Una pieza que tuve la oportunidad de presentar en el Centro Estatal de las Artes (Ceart) y que deseo compartir con los lectores. 

El lenguaje universal 
Poesía que eres lenguaje universal y que estuviste en el ayer, estás en el ahora y estarás en el mañana acompañando al hombre y la mujer en la ruta de su historia personal y universal. 

Hay una exaltación de sus sentidos, es hiperestésico y capta el aleteo lejano de un ave, se adentra en el hiperespacio para ir más allá de una tercera dimensión. 

De momento puede aparecer frente a él cualquier palabra y de ella brota un poema, sea de algo cotidiano o alimentado de una profundidad filosófica.

Todos los temas le son importantes, no puede ser indiferente a lo que le rodea o le viene a la mente, y a  su creativa imaginación.  

Don Joaquín aspira y transpira literatura, se emociona y no sólo comunica con la palabra, lo hace con todo su ser: sus ojos, su rostro, su silencio, sus actitudes, todas nos hablan y algo nos comunican.

Su amor por la literatura le ha hecho transitar por distintos géneros, su "Antología de Cuentos” Iarenda y Otros Cantares "Tanka”, Esplendor Romántico de Japón, "Haiku” Esplendor poético de Japón, "Animalario”, poemas a esos  seres irracionales que armonizan nuestro entorno natural y algunos son compañeros de vida. 

"Ecos del Mar” Solidaridad en el encuentro poético con escritores de Ensenada y otras obras más que nos testifican la fecundidad y calidad de su trabajo.

En su pequeña obra "Cómo leer y escribir poesía” Hugo Hiriart de ediciones, Tus Quets, entre otras muchas cosas dice: "Primera regla: Para disfrutar un verso no tienes que entenderlo, porque disfrutar en poesía es ya entender: Ocurre exactamente como en la música: Cuando algo te gusta o no te gusta no andas preguntando qué quiere decir o qué significa”. 

Y en otra parte  continúa diciendo: "La visión poética está atada a las palabras, a lo que de verbal tiene el artefacto, esto es a la selección, acomodo-u orden-, musicalidad y capacidad expresiva de las palabras. Ésta es la razón por la que la poesía es tan difícil –o casi imposible-de traducir”.

"Digamos nosotros-dice Hiriarte-,en nuestro lenguaje, que al crear un artefacto verbal "que aporta” algo interesante se produce una revelación.

Nostalgias y añoranzas 
La obra "Fulgor de los Setenta” se nos revela un poeta que recorre ese tramo de los 70 a los 80 años, cuando en aquellos silencios de los que hablábamos al principio, hace un alto en el camino porque quizá su visión es otra, porque frente a él se presentan los iconos que de alguna manera marcaron su vida.

Fueron significativos y provocan nostalgias, añoranzas de momentos que no volverán, aromas que evocan algo o a alguien, éxitos y fracasos que maduran, dudas y certezas, amor, álbum familiar vivencias, todas ellas de distintas épocas de su vida, etapa en que cuestionamos el por qué de nuestra existencia, lo que sembramos y lo que cosechamos.  

Los silencios en el poeta también cuentan, no tenemos porqué saberlo todo, en su poesía tiene necesariamente que haber algo de subjetividad, insinuaciones, tesoros que su corazón quiere resguardar, respeto a la intimidad y el agradecimiento eterno a su musa estrella: Graciela, su amada esposa y compañera en el camino de la vida.

Escritor ensenadense. 

...

Galería de fotos

Comentarios