Khandroma, una batalla en estado puro

En la danza las piezas fundamentales son el movimiento humano y sus gestos. Son las herramientas que se emplean para sentir, comunicar ideas, sentimientos y emociones por medio de los elementos como el estilo, ritmo, el tiempo, el espacio, la acción y la energía
domingo, 1 de mayo de 2016 · 00:00
El arte de la danza es una actividad que llena de júbilo a un entorno, desde un público que admira la belleza de los movimientos hasta los artistas que entregan su alma en escena para transmitir, expresar y muchas veces informar.
En la danza las piezas fundamentales son el movimiento humano y sus gestos. Son las herramientas que se emplean para sentir, comunicar ideas, sentimientos y emociones por medio de los elementos como el estilo, ritmo, el tiempo, el espacio, la acción y la energía.
La danza es la vida en sí, atiende situaciones que permiten descubrir lo autoritario que puede ser el cuerpo y al mismo tiempo revela momentos en que éste adquiere una acción desenfrenada.
Desde 1982, el Día Internacional de la Danza se celebra el 29 de abril. En todo el mundo se realizan festivales para rendir homenaje a bailarines por medio de diferentes actividades.
En Ensenada se lleva a cabo el Festival Internacional de Danza Contemporánea "Espuma Cuántica”, festejo en el que participan compañías locales, nacionales e internacionales, sin embargo, también comprende conferencias, clases muestra y la proyección de documentales.
 
"Khandroma es una palabra en lenguaje tibetano qué hace alusión a la deidad budista Dakini, qué significa las bailarinas del cielo o aquella que atraviesa el espacio. Es una energía femenina que a través de los movimientos dancísticos hace referencia hacia el flujo de la conciencia”, Sofía González. 

Honor a la danza 
El programa incluye la participación de propuestas frescas, originales e impactantes. Este año la fotógrafa ensenadense Sofía González rindió honores al arte de la danza con una serie de 13 imágenes denominada Khandroma.
Como parte de la exposición que se instaló en el vestíbulo del Centro Estatal de las Artes (Ceart) existe un grupo de cuatro fotografías en blanco y negro, además de un collage de 10 miniprints a color y un videodanza.
"La danza para mí, al igual que otras artes, más que un significado es una emoción. Lo que más me llama la atención de la danza es la cuestión de comunicar con tanta fuerza y en diferentes formas que ocasionan distintas emociones en uno.
"Al igual que el lenguaje corporal, una mirada o un gesto puede contener tanto y lo hace de una forma que puede considerarse sencilla, es decir, no se necesitan aparatos extras o grandes equipos; la danza se siente y se expresa desde el corazón hasta la parte exterior del cuerpo.”
Desarrollar esta muestra fotográfica para Sofía significa un paso más adelante tanto en su vida personal como en su vocación; representa un camino para desenvolverse en un ámbito que le apasiona y la motiva a continuar expresándose.
"Estoy en un punto donde no puedo separar la vida de la carrera, así que Khandroma ha sido una gran oportunidad que se me presentó. Cuando uno está intentando buscarse un camino dentro de la fotografía o en cuestiones artísticas, la mayoría del tiempo tiene muchas dudas respecto a si será lo suficientemente bueno para poder lograrlo.
"Así que Khandroma para mí y la carrera ha significado una pausa entre esas dudas y una muestra de que sí se puede, aunque claro, con esto es un total empujón a seguir aprendiendo y desarrollándose en este ámbito”. 

Bailar con la naturaleza 
Khandroma es el producto de un trabajo en equipo, en el que la bailarina Julia Farber y Sofía González se complementaron; ambas se involucraron en el trabajo de cada una, respetando y tomando como inspiración la personalidad de la otra.
"Este fue un trabajo en conjunto, una creación en común. Hacía tiempo que habíamos querido colaborar, sin embargo, por diferentes razones, siempre pasaba algo que no se daba. Este año durante el mes de enero estuvimos colaborando mutuamente, ella en este proyecto y yo en un proyecto suyo. Ella vive en Bilbao, aunque es ensenadense, así que fue vernos casi todos los días para aprovechar el tiempo.”
Las fotografías tuvieron el escenario de La Lagunita, una atmósfera idónea para disfrutar y para que, bailarina y naturaleza, se complementaran y de esa forma crear un solo cuerpo para transmitir la idea de introspección.
"Fueron escenarios que estando en el lugar nos llamaron la atención. En las imágenes de blanco y negro se hace un contrapeso con la naturaleza, mientras que la que está de rodillas de espaldas, pareciera que la naturaleza la acoge, o si estuviera debajo del mar por el efecto de los colores. Todo fue luz natural, y la relación que entablan con la danza es la cuestión de integrar la fuerza que tiene la naturaleza en su estado puro y el bailarín, es decir, que toda la fuerza que el bailarín tiene, llega y se desata desde una cuestión introspectiva, aunque para representarlo se usó lo externo”.
Un aspecto complementario de la exposición también fue el videodanza, donde se observa a Julia realizar un baile frente al mar, con movimientos fuertes y provocadores. 
"Emplea mucha energía, como si estuviera entablando una batalla con la naturaleza, en este caso el mar, siendo una representación de la propia naturaleza de la bailarina. 
"A veces uno pelea o se resiste a su propio ser. Este proyecto habla de eso, del dejarse abrazar por la fuerza que reside intrínsecamente en uno. Durante la grabación se escaparon unos caballos y aparecieron en la parte de atrás de las tomas: lo tomamos como buen augurio”. 
A través de la serie fotográfica y el videodanza, Sofía logró expresar su admiración y respeto por la danza, además de rendir un homenaje a quienes dedican su vida a esta disciplina del arte que adquiere cada día más fortaleza. 

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