Palabra

Producir algo de la nada

domingo, 17 de julio de 2016 · 00:00
Por Esther Gámez

Crear proviene del latín "crere”, la RAE nos dice que la definición del verbo es producir algo de la nada. Establecer, fundar, introducir por vez primera algo; hacerlo nacer o darle vida, en sentido figurado.

Crear es el verbo madre de todos los artistas cualquiera que sea su disciplina, pero ¿cómo pasamos de la nada a un objeto de arte? ¿cuándo podemos decir que empieza oficialmente el proceso creativo de una pieza de arte, de una canción, de una coreografía o una pintura?  

Como todas las preguntas que conciernen a estas disciplinas, la línea no está trazada firme y limpia, la línea es más bien un amplio umbral que inicia con el artista mismo y termina con el espectador.  

A mi me gusta la comparación entre el proceso creativo con el método científico, el artista inicia como un observador, contemplando algún aspecto del mundo natural, de la condición humana, de la tecnología o de cualquier o situación a la que el observador esté siendo sometido, ya sea por gusto, por curiosidad o por fuerza mayor.  

Un paisajista, por ejemplo, inicia desde la contemplación de una escena natural, un artista de performance (muestra escénica) puede iniciar el proceso de una pieza de protesta al ser testigo de una injusticia o de la violencia.  
En estos dos orígenes contradictorios tenemos la semilla germinal de dos piezas que pueden ser igual de importantes y buenas, aunque su motivación y su resultado sean polarmente opuestos.

El segundo paso del método científico nos habla del razonamiento inductivo, en donde el observador intenta ahora responder de manera lógica las preguntas que han surgido durante la observación.  

El artista en esta segunda etapa debe responder o resolver preguntas que tienen que ver con su obra, por ejemplo: ¿qué crear? ¿qué materiales, formatos o lenguaje utilizar? Las respuestas deben ser en función a lo que el artista quiere comunicar acerca del fenómeno que previamente observó. 

Es una suerte de máquina de Rube-Goldberg, donde el estímulo inicial empuja la curiosidad, la cual abre una caja de referencias y memorias que dan paso a las preguntas y respuestas e inquietudes de crear algo.  

Pruebas y errores

Pero entonces ¿cómo hace sus experimentos el artista? El trabajo mismo de una pieza es en cierta forma un experimento, aunque no se tenga grupo de control y la definición la utilicemos en este caso en un sentido más metafórico, el artista también tiene un lapso de pruebas y errores, de bocetos, de coreografías fallidas, de noches en vela y en vano, de partituras rotas, de pintura desperdiciada, y bueno, dependiendo del nivel de su bohème, de borracheras despechadas.  

El resultado final o teoría, es en sí la pieza en su presentación final.

La conjunción de toda la observación, la respuesta a las preguntas, los resultados de los experimentos, se presentan ante el espectador quien dará el punto final de susto, gusto o disgusto ante el objeto de arte que se les muestra.
No olvidemos que a pesar del proceso, el arte es finalmente es un ciclo de comunicación entre el creador y el receptor que pretende mostrar un pedacito muy preciso de la realidad.

Artista plástica con más de una década de trayectoria. 

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