Después de la danza moderna: el cuerpo como centro

domingo, 31 de julio de 2016 · 00:00
Por Minerva Muñoz 

"El cuerpo es el primer instrumento del hombre y el más natural. O más exactamente, sin hablar de instrumento diremos que el objeto y el medio técnico más natural del hombre es su cuerpo”.
Marcel Mauss

Existe una cuestión preponderante sobre el papel del cuerpo, la mujer y la femineidad en la danza que no ha sido del todo reconocida. A través del tiempo el escenario de la danza ha sido habitado primordialmente por mujeres -y no se diga de su participación en el ámbito creativo y compositivo de la danza teatral en el periodo de la danza moderna (esto es, de finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX).

El dualismo y la relación del cuerpo con lo femenino, significó un abandono del cuerpo en múltiples esferas de lo humano. 

El cuerpo como objeto de manipulación, deseo, dominio, entre otras, ha conducido al cuerpo de la mujer a prácticas que satisfagan las exigencias físicas y estéticas de la masculinidad dominante. 

El cuerpo del bailarín (mujer u hombre considerado afeminado generalmente), los roles y movimientos en la danza durante muchos siglos no quedaron exentos al sometimiento masculino. El vestuario mismo fue un signo de sujeción y censura del cuerpo en la danza clásica.

El siglo XX trajo consigo grandes descubrimientos científicos, avances tecnológicos e industriales, guerras y cambios ideológicos que conllevaron movimientos sociales, culturales y artísticos. 

Antes del feminismo, los hippies, la lucha de los derechos civiles de las mujeres, los afroamericanos, los estudiantes, entre otras revoluciones sociales, grandes bailarinas y coreografías plantearon un nuevo paradigma en la danza: la libertad. Se manifestaron dejando de lado los ostentosos vestuarios y las zapatillas, la distinción de movimientos corporales específicos de la mujer (y de los hombres), proponiendo una danza menos rígida técnicamente, más expresiva, conceptualmente profunda y contestataria según su contexto. 

La evolución de la danza 
En este ambiente de ruptura, la danza moderna nació y se manifestó en busca de nuevas vías de expresión. La naturalidad, libertad, la conciencia de las leyes físicas, los principios de gravedad y suspensión, el énfasis en la emoción, la integración de elementos como la iluminación, vestuarios y visuales, fueron algunas de las investigaciones y propuestas de los fundadores de la danza moderna. 

Esta búsqueda los llevó a la necesidad de formular técnicas y métodos de entrenamiento y formación, que a la postre se convertirían en movimientos, corrientes y escuelas de danza.

Entre los años 30 y 60 bailarines integrantes de las compañías consolidadas por los artistas pioneros formaron sus propias compañías, abrieron sus propias líneas de investigación y presentaron propuestas escénicas contrarias a las de sus antecesoras, marcando una tendencia que permanece hasta estos días. -De aquí surgieron las principales escuelas de danza moderna: Denishawn, Laban-Wigman-Holm, Humphrey-Weidman-Limón, Graham, Nikolais-Louis y Cunningham.- 

Tal es el caso de Merce Cunningham, alumno de Martha Graham y Alwin Nikolais, alumno de Hanya Holm. Dejando de lado la emoción y la psicología buscaron lenguajes más abstractos, donde el movimiento era la base de la composición, así como el manejo del espacio y el tiempo, la utilización de elementos técnicos y visuales. 

En sus obras los cuerpos danzantes estaban alejados de los roles de género, algunas veces andróginos o deshumanizados: el cuerpo del bailarín era un elemento más de la escena. Se disolvió la jerarquía tradicional del ballet clásico entre solistas y cuerpo de baile. Merce Cunnhigam trabajó en colaboración con artistas contemporáneos como el músico John Cage y el artista visual Robert Rauschenberg, convirtiendo las puestas en escena en obras interdisciplinarias.

También el ballet clásico evolucionó al neoclásico. Mantuvieron las bases técnicas de la danza clásica pero con mayor expresividad, fluidez en el movimiento, soltura del torso y las extremidades, y se separaron de la narrativa tradicional. 
El ballet neoclásico tiene como figuras representativas a George Balanchine, Jií Kylián y Maurice Béjart, entre otros.
El cuerpo aún es visto como una maquina sujeta a las leyes de la física. Con las nuevas técnicas propuestas de caída y recuperación, el trabajo del peso del cuerpo, el uso de las fuerzas, principalmente la gravedad, el impulso entre otras cosas se instalan nuevos mecanismos de uso de la energía y el cuerpo, y por lo tanto del movimiento. En estos enfoques de entrenamiento, el piso comienza a utilizarse como soporte de la técnica.

El cuerpo como objeto de arte
En el ambiente trepidante de los años 60, con sus revoluciones sociales e ideológicas, el cuerpo tomó un lugar fundamental en la escena del arte, la política, economía y cultura.

A partir de entonces, el cuerpo se integró como parte del proceso creativo. Pasó a ser medio, soporte, inspiración, herramienta y motivo de expresiones artísticas: del happening (manifestación artística), el performance (acción artística) y esculturas vivientes como obras de arte efímeras; escritos, dibujos y como parte de obras-objeto (ready-mades, fotografías y pinturas); dejando solo su registro en videograbaciones, fotografías, notas, dibujos, filmes y reliquias. 

La reacción de los artistas al expresionismo abstracto fue utilizar su cuerpo con prácticas corporales expresionistas, provocativas, transgresoras y fetichistas justificadas en las teorías psicoanalistas de Sigmund Freud, Wilhelm Reich y Carl Jung, rituales paganos y religiosos, fiestas populares, teatro futurista y dadaísta que iban desde exhibir al cuerpo, lastimarlo, mutilarlo y transformarlo. 

Estas prácticas tenían connotaciones sexuales, religiosas y/o políticas. Ya sea con el interés de manifestar sus ideas, críticas e inconformidades, como instrumento de acción social y arma de combate ante las injusticias, como medio de catarsis o simplemente profundizar en su yo. Estos artistas recurrían a acciones físicas de riesgo, violencia, dolor, sexualidad, peligro, procesos metabólicos, transformaciones físicas, y más, llevando el propio cuerpo al límite.

En el arte corporal el cuerpo ya no se representa sino que se transforma, entra a un proceso de metamorfosis. Es un lienzo, un objeto sujeto a transformaciones con fines artísticos.

Después de la danza moderna
También surgió una revolución en la danza. En Nueva York dentro del grupo Judson, alumnos de Merce Cunningham comenzaron a experimentar e integrar nuevas técnicas de danza, elementos multimedia, improvisación, música en vivo y palabras. Utilizaban espacios no convencionales e integraban al público, entre otras cosas.

Con personajes como Steve Paxton, Trisha Brown, Yvonne Rainer, Meredith Monk, Lucinda Childs, entre muchos otros, la danza posmoderna ofrece  una multiplicidad de estéticas, estudios y propuestas en torno al cuerpo, la danza y la escena que son correspondientes al pluralismo, diversidad, singularidad y particularidad que profesa la posmodernidad. Este espacio abierto de multiculturalismo, permitió la estética de la diferencia. El teatro corporal de Grotowsky y la danza Butoh japonesa, aparecen en el firmamento occidental.

El movimiento que había sido la principal inspiración, motivación y objetivo pasa a un segundo plano abriendo paso a lo que se quiere decir o expresar con el cuerpo.

El cuerpo entrenado de la danza se mezcló con el cuerpo cotidiano, cambiando radicalmente la escena. La improvisación paso a ser el centro de la exploración y la composición, y el ejecutante se convirtió en cocreador, disolviendo la figura del coreógrafo. Así es como la danza después de la danza moderna entra en una etapa donde todo es valido. Aparece una amplia gama de formas de danza, desde lo minimalista, el movimiento acumulativo, la repetición, la improvisación de contacto, entre muchas cosas más. 

Y no se puede concluir este texto sin mencionar el trabajo excepcional de Pina Baush, pionera de la danza teatro, quien conjuntó muchos elementos como sonidos, texto, escenografías, además de una amplia variedad de técnicas de movimiento, creando grandes obras.

El cuerpo en el posmodernismo es único, diverso y complejo; es reflexivo y generador de conocimiento.
 
Bailarina y maestra en Ciencias Físicas y Artes. 

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