Promotores culturales, ¿qué haríamos sin ellos?

Por Estefania Ibañez 

La energía que siente un espectador al ver a su artista favorito en escena es apreciable, o la gracia y reflexión que puede ocasionar un actor a su público suele ser seductora. 

Presenciar los eventos culturales o artísticos protagonizados por exponentes locales o foráneos es un boleto a un universo enigmático y claro a la vez. 

A pesar de que el recinto puede ser un factor que influye para que el interesado decida asistir o no, la principal atracción suele ser el artista que ofrecerá su espectáculo. 

Pero, los espectadores usualmente no piensan ¿cuál fue el método para poder llevar a cabo el festejo? ¿quiénes participaron en su organización? y ¿qué cantidad de requisitos le pidieron a los organizadores para efectuar su evento?

Con exacta razón, las personas que van a disfrutar de una presentación no deben preocuparse por ello, sin embargo, los cuatro promotores de eventos culturales, Julia Chávez, Adrián Alburquerque, Liz Durand Goytia y Mauricio Montoya hablan del significado de hacer un evento para que decenas de personas disfruten. 

Previo a un festejo, ya sea para 50 o para 7 mil asistentes, existe un proceso de planeación de por lo menos cuatro semanas. 

Desde hacer un equipo, establecer metas, organizar el presupuesto o pedir patrocinios, decidir por un lugar y la difusión del evento, por mencionar sólo algunas de las necesidades.  

Es evidente que no es sencillo, pero sí es posible. La poeta Liz Durand Goytia, promotora del Festival Internacional de Poesía, Palabra en el Mundo, dice que gracias a realizar este tipo de eventos, las personas pueden adquirir confianza en el promotor, más si éste los lleva a cabo con honestidad.  

"El promotor independiente enfrenta el hecho de no estar respaldado por una institución, y debe esforzarse en ofrecer credibilidad. Generalmente busca ayuda por medio de patrocinadores y ofreciendo a cambio la realización de un evento que resulte beneficioso para la comunidad”.

Si el evento es de perfil cultural, los organizadores pueden recurrir a artistas de la escena local y pueden solicitar la colaboración de estudiantes y amigos, es decir, se trata de involucrar a gente interesada en el tema o celebración, pero sin hacer menos su apoyo. 

"En ocasiones se puede solicitar ayuda en cuanto al uso de ciertas instalaciones institucionales, porque de lo contrario es costoso pagar una renta”, expresa Durand Goytia. 

Coordinar un festejo que involucra cualquier manifestación de arte es sinónimo de responsabilidad, implica también que el coordinador experimente diferentes valores. 

La promotora cultural del colectivo La Covacha, Julia Chávez, comenta que ser organizadora le ha dejado una importante tarea de equilibrar su vida personal con la laboral. 

"Al ser parte de la coordinación es considerable ser tolerante y flexible con algunas expresiones artísticas, además de hacer apacible la convivencia con todo tipo de artistas y público. 

"En mi caso se ha creado mucha confianza entre los socios que participamos y juntos convencer a las personas que los eventos que organizamos tienen credibilidad y así, el público decida en asistir a un evento en un lugar independiente”, Indica Chávez. 

Aunque Ensenada es plaza para la organización de festivales, obras de teatro o conferencias, en diferentes espacios y momentos el público ha demostrado no estar listo para alguna celebración en especial, no obstante ése no es un obstáculo para los promotores. 

El coordinador de conciertos y representante de grupos de música, Adrián Alburquerque explica que el público de la ciudad es duro de complacer. 

"Nos enfrentamos a un mercado difícil en la ciudad; el público es muy exigente en todos los aspectos y siempre tratamos de innovar en las propuestas que presentamos, por ello, la ayuda siempre es bien recibida, esto es un trabajo en equipo, mientras más gente involucrada y capacitada, metas más grandes se pueden conseguir. 

"Pero deja mucho coordinar eventos culturales y musicales, porque se crean hábitos de disciplina para llevar a cabo una actividad artística, además de que te sirve para expresar lo que uno siente, promocionar cultura, arte y música; debería ser parte importante en la crianza de los niños y jóvenes”, comparte el promotor. 

Gran parte de fomentar el arte incluye que el coordinador esté comprometido, que crea en su proyecto y   el festejo que propone sea realmente de beneficio a una comunidad.

El músico de la banda ensenadense Reptilianos y organizador de festivales, Mauricio Montoya, comparte que los espectadores merecen de presentaciones excelentes.  

"En la coordinación de eventos he aprendido que es más difícil de lo que parece; es arduo convencer a la gente cuando no se cuenta con medios masivos porque tiene que ser directo al consumidor, realmente se debe tomar en serio, contribuir y no denigrar los eventos. 

"También he notado que la comunidad apoya siempre y cuando esté motivada y para ello nosotros como promotores debemos entregar un producto que la gente merece, de calidad y divertido. Es importante promover los espectáculos, especialmente de música porque vivimos un momento apremiante en el país es importante escuchar todas las opiniones y tener apertura”, comenta Montoya. 

En esta travesía de la organización de eventos sin el respaldo de una empresa reconocida o sin un gran recurso económico, resulta en un desafío para los promotores, pero también si la respuesta fue enriquecedora, si creó un ambiente favorecedor, quedará en la memoria de los espectadores y marcará la historia artística de la ciudad.