Pensamiento social de la Iglesia, aportación de Odeco

domingo, 7 de mayo de 2017 · 00:00
Por Heberto Peterson Legrand*

El propósito de esta serie de artículos es presentarles algunos apuntes sobre la vida y obra de los Papas modernos y de su preocupación por los problemas sociales, económicos, culturales y políticos.
No hablo en el sentido partidista sino en el sentido amplio de la palabra, ya que ella está también inserta en la Polis, dejando claro que la postura de la Iglesia no es una tercera vía entre el capitalismo, neoliberalismo, comunismo o colectivismo basando sus criterios en las escrituras, la moral y la ética contribuyendo con su pensamiento y acción a la construcción de un mundo digno para la persona humana.
Inicio estas colaboraciones a partir de los Papas que sistematizaron el pensamiento social de la Iglesia a través de los documentos llamados Encíclicas y algunos radiomensajes, todos presentados en contextos históricos distintos.
El 18 de febrero de 1878 el cardenal Joaquín Pecci fue nombrado Papa ya que todos los cardenales habían visto en él unas dotes excepcionales de mando, de inteligencia y de organización.
Tomo el nombre de León XIII y era el primer Papa que se elegía desde que el Vicario de Cristo había quedado sin el poder temporal por la pérdida de los Estados Pontificios. 
Él era un hombre sabio, inteligente y liberal, pero no pudo transigir con el gobierno que había despojado al Papá de los derechos que, desde hacía muchos siglos, tenía sobre determinados territorios de la península italiana.
 
Magna carta cristiana 
León XIII, que lucharía por la verdad y por la libertad como pocos hombres lo han hecho hasta la fecha, se consideraba igualmente un prisionero del gobierno Italiano.
En todos los colegios destacó por su inteligencia y por las sorprendentes dotes que tenía para componer diferentes trabajos y poemas en latín.
En 1832 entra en la Academia de Nobles Eclesiásticos. En la Universidad de Roma, siguió cursos de Teología Superior, así como Derecho Canónico y Civil.
El 1 de enero de 1838 celebró su primera misa en San Andrés del Quirinal; el 2 de febrero de 1843, en la Basílica de San Lorenzo, fue consagrado Arzobispo de Damieta; en 1853 fue nombrado cardenal y en 1877 camarlengo (encargado de cuidar y administrar los bienes de la Santa Sede).
León XIII fue el primer hombre nuevo de la iglesia de hoy y es al mismo tiempo, uno de los grandes pensadores sociales.
Publicó varias encíclicas sobre diversos temas pero quiero destacar la Encíclica Rerum Novarum que es la magna carta cristiana del trabajo, el código social que inspiró legislaciones de distintos gobiernos.
El Papa cuando era Obispo de Perusa, había dicho que: "Las escuelas modernas de economía política, infestadas de incredulidad, consideran el trabajo como el fin supremo del hombre, y no consideran al hombre mejor que una máquina, más o menos preciosa según sea más o menos productiva. De aquí el menosprecio que se hace de la moral del hombre y el indigno abuso de los pobres y de los débiles, por parte de quienes quieren explotarlos para su provecho”.
Él estaba preocupado por los problemas sociales, y sabía que estaba obligado a denunciarlos. Nadie habló con tanta claridad y tanta seguridad como León XIII sobre el mundo de los obreros.

La Rerum Novarum
En la Rerum Novarum de 1891, se proclama la igualdad entre el obrero y el patrón, que es lo mismo que la igualdad entre todos los hombres, en un plano cristiano y humano, aunque el mismo Papa reconoce que existen diferencias de un ser a otro ser.
Sigue diciendo: 
"Hay en la cuestión que tratamos un mal capital, y es el de figurarse y pensar que unas clases de la sociedad son por su naturaleza enemigas de las otras, como si a los ricos y a los proletarios los hubiera hecho la naturaleza para estar peleando los unos con los otros en perpetua guerra. 
"Lo cual es tan opuesto a la razón y a la verdad, que, por el contrario, es certísimo que así como en el cuerpo se unen miembros entre si diversos y de su unión resulta esa disposición de todo el ser, que bien podríamos llamar simetría, así en la sociedad civil he ordenado la naturaleza que aquellas dos clases se junten concordes entre sí y se adapten la una a la otra de modo que se equilibren. 
"La una tiene absoluta necesidad de la otra, porque sin trabajo no puede haber capital ni sin capital trabajo. La concordia engendra en las cosas hermosura y orden, y, al contrario, de una perpetua lucha no puede menos de resultar la confusión con una salvaje ferocidad”. 
En otra parte comenta: "Pero entre los principales deberes de los patrones, el primero es dar a cada uno lo que es justo” y continua: "que tomar ocasión de la pobreza ajena para mayores lucros es contra el derecho divino y humano. 
"Y el defraudar a uno el salario que se le debe es un gran crimen que clama al cielo por venganza” en otra parte agrega: "La justicia distributiva es necesaria en todo estado moderno.
Sobre la propiedad privada dice: "Es un fuerte pilar en la organización de la familia, y sin familia no se puede dar un orden perfecto social” "El derecho de propiedad privada individual emana no de las leyes humanas, sino de la naturaleza y, por lo tanto, no puede la autoridad pública abolirla, sino solamente moderar su ejercicio y combinarlo con el bien común”. 
Hombre que amaba la cultura y las letras, admiraba a Dante, cuya lectura había recomendado y bajo su pontificado los estudios tomistas llegarían a una gran altura. Creo en el Vaticano el primer observatorio Astronómico y admiraba mucho a Galileo.
Este Papa que lucho mucho por los obreros falleció  a los 93 años el 20 de julio de 1903.
Recomiendo ampliamente la lectura de la Enciclica Rerum Novarum de 1891 que dedico al mundo del trabajo.

*Escritor ensenadense.

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