Pensamiento social de la Iglesia, aportación de Odeco Séptima parte

domingo, 18 de junio de 2017 · 00:00
Por Heberto Peterson Legrand*

Cómo de todos es sabido quién inició el Concilio Vaticano II (1962-1965) fue Juan XXIII y lo concluyó Paulo VI. 
En el Concilio la Iglesia buscó ponerse al día para ayudar al hombre de hoy, se sintió obligada a salir al encuentro de las necesidades de los pueblos. 

Frutos de él es la Gaudiem Et Spes (Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual), la dignidad de la persona humana; la comunidad humana; matrimonio y familia; la cultura; vida económico social; la vida de la comunidad política; el fomento de la paz y la comunidad de los pueblos.

El Papa Paulo VI (1963-1978) vivió dentro del siguiente contexto: el Vaticano II; la cuestión social internacional, globalmente considerada; el subdesarrollo, como etapa previa al desarrollo; reivindicación de países pobres; creación de Comisión Pontificia "Justicia y Paz.

Nació el año de 1897 en Concesio, Italia, cerca de Brecia, su nombre era Juan Bautista Montini. El 29 de mayo de 1920 fue ordenado sacerdote  y después marcha a Roma para completar sus estudios en la famosa Universidad Gregoriana.

En 1921 ingresó a la prestigiosa Academia de Nobles Eclesiásticos que es donde se preparó a los diplomáticos del Vaticano.

Fue un hombre de gran cultura, un intelectual que cuando era trasladado a algún otro sitio sus libros eran compañeros inseparables.

El año de 1923 se convirtió en Nuncio apostólico de Varsovia y después en 1925 pasó a trabajar en la secretaria de Estado del Vaticano. 

Fue nombrado capellán nacional de la Federación de Estudiantes Católicos. En ese tiempo se hizo amigo y maestro de Aldo Moro y era simpatizante del pensamiento de Jaques Maritain, famoso filósofo francés. 

En 1931 se le nombró profesor de Historia de la Diplomacia Pontificia.

En plena Segunda Guerra Mundial el año de 1944 se le nombró sustituto de la Secretaria de Estado.
En 1953 renunció a la púrpura cardenalicia, pero al siguiente año fue nombrado Arzobispo de Milán y en 1958 Juan XXIII lo nombra Cardenal. 

A la muerte de Juan XXIII fue elegido Papa y tomó el nombre de Paulo VI, y le corresponde inaugurar el 29 de septiembre la segunda sesión del Concilio Vaticano II.

Al siguiente año de 1964, un 5 de enero, salioó de Roma camino a Tierra Santa, siendo el primer Pontífice en hacerlo desde San Pedro. 

El mundo estuvo atento a su viaje como peregrino y a su encuentro con el Patriarca Athenagoras. 
En diciembre viajó a la India en donde asistió al XXXVIII Congreso Eucarístico Internacional. 

Viajes con gran mensaje 
Fue un Papa que salió al encuentro del mundo y decidió viajar como lo hizo San Pedro en su tiempo y San Pablo, al encuentro de los hermanos.

El año de 1965 estuvo en Estados Unidos donde se entrevistó con el Presidente Johnson y sustenta un memorable discurso en el aula magna de las Naciones Unidas.

Me permitiré entresacar algunas de las ideas que expresó dado lo limitado del espacio: lo cito:

 "Tenemos conciencia de hacer nuestra tanto la voz de los muertos como la de los vivos: de los muertos caídos en las terribles guerras del pasado soñando en la concordia y la paz del mundo; de los vivos que han sobrevivido a las mismas y que condenan en sus corazones a quienes intentan renovarlas. También de otros vivos: las jóvenes generaciones de hoy, que avanzan confiadas esperando con derecho una humanidad mejor. Hacemos también nuestra  la voz de los pobres, los desheredados, los desgraciados, de quienes aspiran a la justicia miran hacia las naciones unidas como hacia la última esperanza de la concordia y la paz. 

"Que nadie como miembro de vuestra unión sea superior a los demás, que ninguno este por encima del otro. Es la fórmula de la igualdad.

"Es imposible ser hermano, si no se es humilde, ya que es el orgullo, por muy inevitable que éste pueda parecer, el que provoca las tensiones y las luchas por el prestigio, por el predominio, por el colonialismo, por el egoísmo: Es el orgullo que rompe la fraternidad.” Si queréis ser humanos, dejad caer las armas de vuestras manos. No se puede amar con armas ofensivas en las manos”.

Distintos contextos 
Recordó una frase del Presidente Kennedy: "La humanidad tendrá que poner fin a la guerra , o si no, será la guerra la que ponga fin a la humanidad”

Publicó sus famosas encíclicas: Populorum Progressio en la que detalla aspectos sobre la Necesidad de promover el desarrollo de los pueblos; desarrollo integral del hombre; aportación de la Iglesia al desarrollo; necesidad de un verdadero humanismo; deber de solidaridad con los más débiles; países ricos renuncien a lo superfluo; deber de justicia-equidad en las relaciones comerciales La Octogesima Advenies Carta apostólica dirigida al Cardenal Mauricio Roy. Presidente de la Comisión Pontificia "Justicia y Paz.

El ejemplar habla de la necesidad de una mayor justicia; urbanización, industrialización y éxodo rural; problemas derivados de la civilización del trabajo; importancia de los medios de comunicación; igualdad y participación; derechos humanos y sociedad democrática; las ideologías; orientación ética del progreso; necesidad del cambio de actitudes y compromiso político del cristiano. 

Verdadero humanismo 
Como vemos cada Papa vivió como tal distintos contextos y trataron y tratan de hacer oír su voz buscando la paz y fomentando el amor entre los hombres.

Mientras que Trump fue al Medio Oriente a tener un encuentro con el presidente de Palestina y con el de Israel y en el trayecto vendiéndole armas a Arabia Saudita por 130 mil millones de dólares. 

El Papa Francisco fue antes invitando a la reconciliación a los Presidentes de Palestina e Israel y además logró que fueran al Vaticano y los dejó solos en una sala para que dialogaran. Pero el Papa no fue a vender armas a él lo anima el amor y prefiere que las armas desaparezcan y el amor, dialogo, la ley y la paz sean el camino para una auténtica reconciliación entre culturas y civilizaciones donde la fraternidad brote en un verdadero Humanismo.

*Escritor ensenadense. 

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