LA TURICATA

La dura realidad

Por José Carrillo Cedillo
sábado, 1 de diciembre de 2018 · 00:00

Se encuentran dos amigas en el súper, el mejor lugar para platicar según escuché de varias de ellas y una le dice a la otra: Supe que tu hijo Rafael, entró a trabajar al gobierno…

Sí…

Y, ¿cómo le va?

Bien… está como pez en el agua…

Sí, ¿pues qué hace?

Nada...

Este cuento de Catón ilustra que muchos miembros de la caravana de centroamericanos, se creyeron el mito divulgado por los vecinos con su cine, de que en los UE (por sus siglas en inglés), se recogen los dólares a montones tirados en las calles. Y llevan las de gane pues algunas personas presionan y el gobierno del estado, aprovecha el tiro para pedir dinero extra para atender el problema.

Parece que esa sería una solución, pero para los que tenemos otra opinión, no falta quien nos tache de xenofobia.

No es un secreto que las cifras indican que millones de mexicanos no tienen para comer tres veces al día, vamos, muchos, ni una al día, aquí mismo en Ensenada, pero cada quien jala la cobija a su conveniencia. ¿No sería lo más adecuado empezar por los nuestros?

Como dije, ya éramos muchos y parió la abuela. Las cifras son contundentes.

El problema es el capitalismo rapaz en que vivimos y los señores dueños del dinero, se ha demostrado, que ellos no tienen patria, su máximo interés es acumular dinero de donde se pueda, creo que es hacia eso donde debemos enfocar las baterías.

Se supo que unas de las razones por las que no se firmaba la ratificación del Tratado de Libre Comercio es porque los otros dos países exigían que se elevaran en México los salarios de hambre que obligan a todos los obreros o empleados a doblar turno o tener otro trabajo. Es una vergüenza más para el gobierno mexicano que otros países exhiban ante el mundo lo que les hacen a nuestros compatriotas trabajadores, sin mencionar a los jubilados y pensionados que recibimos cifras de hambre obligando a muchos a dedicarse al comercio informal y a vender seguros, entre otras ocupaciones, simple y llanamente porque no alcanza el dinero.

Como una muestra más del ingenio del pueblo citaré con respecto a la multicitada caravana, algo que circuló hace días en el Facebook…

Una señorita que vive en la ciudad de León, Guanajuato, escribió…

ESTOY CONVOCANDO A UNA CARAVANA HACIA ABU DHABI, PARA PEDIR ASILO HUMANITARIO Y QUE NOS DEN UN AUTO A CADA UNO DE LA CARAVANA… ¿QUIEN SE APUNTA?, SALIMOS MAÑANA

Con el debido respeto al pensamiento de otras personas me permito insistir que esto no sea un motivo más de que entre nosotros nos dividamos. Lo mejor es que los centroamericanos se convenzan de que no los van a dejar entrar, que los engañaron según declaró a los periodistas el sacerdote que los acompaña, y que se regresen a su lugar de origen… es lo mejor para todos.

Y siguiendo con el Facebook, vi un cartón donde aparecen dos amigas sentadas en bancos de un cafetín y una le dice a la otra:

NO SÉ QUE HACER DE MI VIDA…

SI BUSCO UN BUEN TRABAJO…

O VIVO DE LO QUE TENGO EN EL BANCO…

jcarrillocedillo@hotmail.com

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