Un nuevo amanecer

El martes primero de enero de 2019 debería ser un nuevo amanecer donde la luz de la esperanza irradie todo el territorio nacional, que su luz llegue a todos y cada uno de los mexicanos y mueva las almas, nuestra inteligencia y voluntad para que en un espíritu renovado pensemos y actuemos constructivamente en ese México que queremos para nuestras familias.

Negar una realidad es engañarnos a nosotros mismos: Hemos sido en gran medida una sociedad polarizada, desunida, egoísta, que ha permitido que en gran parte se hayan expresado sentimientos conteniendo xenofobia, hemos ejercitado una política de odio donde rechazamos al contendiente por el solo hecho de no ser y no pensar como nosotros, la corrupción penetrado muchas de las estructuras públicas y privadas, hay quienes han saqueado las riquezas de nuestra patria ignorando y sin importarle la miseria en que viven millones de hermanos nuestros que se acuestan con sus estómagos vacíos, sin nada que los cubra en esas noches de terrible frio y muchos más sin un techo que los proteja de la intemperie.

Somos un país que no le ha dado a la educación el lugar que le corresponde y eso es un crimen que cultiva analfabetas funcionales cancelándoles un futuro al que tienen derecho. Un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo que ignora sus derechos y no los sabe, ni puede ejercitar.

Perdono a José Vasconcelos sus defectos porque fue grande al preocuparse por la educación de sus hermanos intentando elevarlos incluso con los clásicos y obsequiando los espacios para que el arte y la cultura llegara hasta las clases más modestas.

En los caminos de la patria se han sembrado antivalores, hemos manchado su rostro, dañado sus avenidas y calles que mantenemos sucias, fachadas de edificios deteriorados que reflejan nuestra dejadez, nuestra falta del gusto por lo estético.

Decimos querer vivir bajo un Estado de derecho y nuestras leyes son constantemente violadas, queremos seguridad y tranquilidad para nuestras familias y a través de los medios vemos que la violencia no tiene el mínimo de respeto por la vida humana, queremos confiar en nuestras instituciones y vemos que la mediocridad reina en muchas de ellas.

Los derechos humanos que debido a nuestra condición de hombres y mujeres nos pertenecen y son intocables, hoy en día no se respetan y las decisiones se toman por mayorías.

Y así podríamos seguir enumerando un sinfín de situaciones como tantas fosas clandestinas, tantas personas con sus cuerpos desmembrados, tantos secuestros que nos dan una sensación de impotencia.

Educación de calidad, fomento de la cultura y el deporte, ver al otro como un hermano, saber extender nuestra mano para solidariamente ayudar al más necesitado, fomentar el amor por la belleza, la limpieza y el orden, ver a la autoridad como a un hermano que te haga sentir seguro y protegido, amar el civismo, la historia, los valores como la responsabilidad, el amor, ternura, lealtad, respeto, disciplina, creatividad, aprecio por la vida, la salud, buenos hábitos, laboriosidad, en fin todos los valores humanos y trascendentes que cómo brújulas dirijan nuestros pasos para que ese nuevo amanecer nos impulse a trabajar por ese México que les queremos heredar a nuestros hijos y nietos, que no quede en el discurso insulso y si seamos capaces de encarnarlos en el cuerpo de nuestro país que no se entiende sin nosotros los Mexicanos.

México es responsabilidad de los gobiernos en todos sus niveles y de una sociedad verdaderamente participativa donde el dialogo, la buena voluntad y el bien de México sea nuestra inspiración para el 2019 que mañana inicia.