DESDE LA BANQUETA
Lo veremos
Por Sergio Garín Olache
Tampoco es algo nuevo que no hayamos vivido antes. Nada nuevo bajo el Sol para asustar a nadie, me explico: El gobierno del Peje va a presentar como mínimo tres características propias del populismo: 1) Control ciudadano para evitar una revuelta social. Los números trágicos de México por desgracia son permanentes con presidentes que van y vienen emanados del PRI y el PAN: Más de la mitad de México vive de milagro, 80% con alguna o varias carencias sociales, 20% de las familias más ricas se queda con el 50% del ingreso nacional, 50% de la fuerza laboral trabaja en la informalidad por los bajos salarios que paga el sector formal.
AMLO dice que va hacer crecer la economía sin inflación (3-4%) y sin déficit presupuestal, lo que se antoja muy pero muy difícil por no decir imposible de lograr: Si no invierte machín el Peje no crece la economía. Controlar la inflación y no gastar más de lo que ingresa lo atan a crecer poco.
Lo anterior es sin contar por lo pronto con el problema número uno de México con los miles de muertos en la guerra contra y del narco, asunto de prioridad nacional cuya solución se va a cocinar en las oficinas de la defensa nacional.
2) Vamos a tener un sistema de gobierno paternalista-autoritario con desarrollo capitalista -lo siento mucho por los radicales de izquierda que esperarían otra cosa, el Peje será lo ladino que quieran ustedes pero no es tonto- y tendremos de la mano la lucha de clases en el discurso no en los hechos como simple propaganda política para el consumo popular administrada por Morena, el presidente y el Estado.
3) Ni Lázaro Cárdenas, ni Luis Echeverría o Carlos de Salinas en su momento quisieron modificar en serio la estructura capitalista de desarrollo en cuanto a las clases que la producen. AMLO no se va a salir del mismo guión de los populistas anteriores, sino cuando mucho va a polarizar más las opiniones y los temas (aeropuerto con todo y consecuencias). Es decir: Un populismo social con estabilidad macroeconómica para garantizar de algún modo las utilidades privadas y el sistema entero se pueda reproducir de la manera más sana posible.
Como ejemplo evidente de lo anterior es la firma del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá con compromisos puntuales de los hombres de negocios y gobiernos de los tres países. AMLO no va a quedar bien con la izquierda radical ni con la derecha del yunque que es la más brava, eso me queda claro. Veremos qué pasa.
AMLO dice que va hacer crecer la economía sin inflación (3-4%) y sin déficit presupuestal, lo que se antoja muy pero muy difícil por no decir imposible de lograr: Si no invierte machín el Peje no crece la economía. Controlar la inflación y no gastar más de lo que ingresa lo atan a crecer poco.
Lo anterior es sin contar por lo pronto con el problema número uno de México con los miles de muertos en la guerra contra y del narco, asunto de prioridad nacional cuya solución se va a cocinar en las oficinas de la defensa nacional.
2) Vamos a tener un sistema de gobierno paternalista-autoritario con desarrollo capitalista -lo siento mucho por los radicales de izquierda que esperarían otra cosa, el Peje será lo ladino que quieran ustedes pero no es tonto- y tendremos de la mano la lucha de clases en el discurso no en los hechos como simple propaganda política para el consumo popular administrada por Morena, el presidente y el Estado.
3) Ni Lázaro Cárdenas, ni Luis Echeverría o Carlos de Salinas en su momento quisieron modificar en serio la estructura capitalista de desarrollo en cuanto a las clases que la producen. AMLO no se va a salir del mismo guión de los populistas anteriores, sino cuando mucho va a polarizar más las opiniones y los temas (aeropuerto con todo y consecuencias). Es decir: Un populismo social con estabilidad macroeconómica para garantizar de algún modo las utilidades privadas y el sistema entero se pueda reproducir de la manera más sana posible.
Como ejemplo evidente de lo anterior es la firma del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá con compromisos puntuales de los hombres de negocios y gobiernos de los tres países. AMLO no va a quedar bien con la izquierda radical ni con la derecha del yunque que es la más brava, eso me queda claro. Veremos qué pasa.
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