LA BUFADORA

Jugar a perder

Por El Mosquito
jueves, 15 de marzo de 2018 · 00:00

La coalición Por México de Frente que encabeza el panista Ricardo Anaya y quien no se encuentra en su mejor punto en este periodo denominado de “intercampañas”, debería de tener cuidado en la selección final de su candidatos al Senado de la República y las diputaciones federales, ya que serán ellos quienes regionalmente lo empujen para lograr lo que para muchos está muy cuesta arriba, que es ganar la presidencia de la república.

Y lo anterior es la razón por la cual los militantes del PAN de Ensenada no entienden el por qué le concedieron la postulación al 03 Distrito al Partido de la Revolución Democrática (PRD), porque es una demarcación que los blanquiazules ganaron por sí solos desde 1997, cuando el médico Francisco Vera González se convirtió en el primer panista en derrotar al PRI y luego se repitió la historia con Hugo Zepeda Berrelleza en el 2000, con Pablo Alejo López Núñez en el 2003, Héctor Ramos Covarrubias en 2006 y César Mancillas Amador en el 2009, pero en 2012 por cumplir con las reglas de paridad de género en Baja California la dirigencia nacional del PAN optó por sacrificar a Ensenada y “tumbó” la postulación de Félix Ojeda Ortega, quien fue el último militante en ganar una contienda interna, para meter como emergente y de última hora a Lizbeth Mata Lozano, en ese entonces diputada local plurinominal, quien poco pudo hacer frente al priista Gilberto Hirata Chico, cuando este se encontraba en la cúspide de su popularidad; sin embargo, en 2015 el PAN logró recuperar la diputación por el 03 Distrito al registrar a un candidato externo (ciudadano) como el empresario constructor Wenceslao Martínez Santos, quien por muy estrecho margen se impuso al aspirante del tricolor, Alfonso Garzón Zatarain.

Al interior del PAN de Ensenada, desde 2010 a la fecha, las voces disidentes se mantienen en el anonimato, pero no dejan de señalar tras bambalinas que las llamadas vacas sagradas, identificadas como el G6 -que según ellos encabeza Pablo Alejo López Núñez-, se han equivocado en la estrategia, pero sobre todo en las negociaciones para que los jerarcas nacionales y estatales del PAN dejen de utilizar a este municipio como moneda de cambio, porque llevan casi 8 años administrando derrotas, no obstante que Ensenada se distinguía por ser el bastión simbólico de Acción Nacional y la cuna de la democracia donde se generó el cambio en 1986 y posteriormente en 1989 con Ernesto Ruffo Appel.

Los panistas más doctrinarios consideran que no se justifica que la coalición Por México de Frente no sea capaz de postular a un candidato competitivo en Ensenada, y que hoy incluso se advierta un sentimiento de resignación entre los panistas a pesar de que su rival a vencer es Armando Reyes Ledesma, quien sin ser de Morena y con un pasado de alianzas con el PRI, lleva años cachando elevaditas y todo indica que se beneficiará con el arrastre de López Obrador.

En efecto, el PAN, PRI y Morena no saben para quién han trabajado en los últimos años.

Un episodio real de la “House of Cards” de la política porteña.

Brecha de género
México está en el lugar 81 de 144 países en igualdad entre mujeres y hombres, de acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género 2017 realizado por el Foro Económico Mundial (WEF). Las diferencias se padecen en diversas esferas, incluyendo el sector público y el privado, y en diferentes ámbitos, como salud, educación, economía y política.

Y al revisar cómo está la presencia femenina en las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en algunas dependencias gubernamentales, se detectó que ninguna de las 35 empresas listadas en el Índice de Precios y Cotizaciones tiene como director general (CEO) a una mujer. Además, de 448 asientos en los consejos de administración de las firmas que están en el principal indicador de la bolsa local, sólo 34 lugares son ocupados por 31 mujeres (3 de ellas están en más de una junta directiva).

Asimismo, en una muestra de 11 autoridades relacionadas con temas financieros, económicos y afines, son pocas las mujeres que ocupan los altos cargos en los respectivos directorios. De 67 puestos de alta jerarquía en diversas secretarías, órganos reguladores, organismos públicos descentralizados y otras dependencias, sólo 12 corresponden al sexo femenino.

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