EL GABACHO GACHO

Costos médicos sin control

Por Le Roy José Amate Pérez*
miércoles, 28 de marzo de 2018 · 00:00

La buena salud en los Estados unidos es un privilegio que la industria de drogas controla, no es un derecho

A la edad de 77 años me diagnosticaron un problema cardíaco llamado arritmia. Esencialmente, el corazón está fuera del ritmo normal. Esto me pone en mayor riesgo que un embrolló o ataque al corazón, debido a la coagulación en la sangre. Por lo tanto, tomo un anticoagulante llamado Eloquis, hecho por la compañía farmacéutica más grande del mundo: Pfizer.

El costo mensual de Eloquis en Estados Unidos para mi receta es de $537.00 dólares. Pfizer controla la participación en el mercado de una larga lista de diferentes medicamentos para tratar una amplia gama de problemas médicos. Básicamente, pueden cobrar lo que quieran, porque son un monopolio que han comprado a nuestros congresistas, y probablemente a nuestro presidente. Los Estados Unidos no regulan los precios de los medicamentos como México o Canadá. El costo mensual de Eloquis por la misma cantidad prescrita en México es de $1500 pesos o sesenta dólares. Esto equivale a ser casi nueve veces más barato que en los Estados Unidos comparando precios con México. No hay genéricos de Eloquis en México ni en Los Estados Unidos. Es el mismo producto. Ellos ganan algo vendiendo su producto en México. Me magino que ganan un margen razonable. ¿Puedes imaginar el margen de ganancia en los Estados Unidos sin gastos de exportar? Es un robo que afecta a los enfermos, entre ellos niños y ancianos.

En septiembre de 2009, Pfizer se declaró culpable de la comercialización ilegal del medicamento para la artritis. La droga Bextra no sirve para usos no aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA). Y llegaron a un acuerdo con el gobierno de pagar una multa de $ 2.3 billones de dólares, el mayor acuerdo de fraude a la atención médica hasta este momento.

Para desquitarse, Pfizer estaba teniendo más éxito en su batalla contra los fabricantes de medicamentos recetados falsificados. Pfizer ha contratado a expertos en aduanas y narcóticos de todo el mundo para rastrear y reunir pruebas que pueden utilizarse para perseguir demandas civiles por infracción de marcas comerciales. Desde 2007, Pfizer ha gastado $ 3.3 millones en investigaciones y honorarios legales y ha recuperado aproximadamente $ 5.1 millones, con otros $5 millones atrapados en los casos en curso.

Pfizer es una de las mayores compañías en pagar cabilderos en la política de los Estados Unidos. En los primeros 9 meses de 2009, Pfizer gastó más de $16.3 millones en cabildear con los legisladores del Congreso de Estados Unidos. Se clasificaron detrás de La Asociación (A.C) de Investigación Farmacéutica y Fabricantes de América (PhRMA), quienes representan a varios fabricantes de medicamentos. El presidente Trump recibió 30 millones de dólares para su campaña presidencial que donaron fabricantes de medicamentos.

El poder político de Pfizer se ejerce fuera de los Estados Unidos también. Según los cables del Departamento de Estado de EE.UU, publicados por el informante WikiLeaks, Pfizer presionó para que Nueva Zelanda obtuviera un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, objetando por las restrictivas reglas de compra de drogas de Nueva Zelanda y tratando de deshacerse de la ex ministra de salud de Nueva Zelanda, Helen Clark, en 1990 por defender los precios del control de drogas.

Además de comprar congresistas de los EE.UU, Pfizer se convirtió en la compañía farmacéutica número uno en el mundo comprando la competencia. Desde el año 2000 hasta 2010 compraron o fusionaron ocho grandes compañías farmacéuticas entre la familia Pfizer. Cada uno de los ocho le costó a Pfizer más de una billón de dólares. Para una inversión total de 113.5 billones de dólares. También compraron cinco compañías farmacéuticas más pequeñas que vendían en el rango de millones de dólares por un total de 1,627 millones de dólares. La combinación de monopolizar la industria, comprar a los políticos y no avergonzarse de la pura avaricia ha permitido que este monopolio viole económicamente a personas enfermas. Los pobres están muriendo porque no pueden pagar su medicina. Estoy avergonzado por el materialismo que está destruyendo la democracia en mi país. Quizás ya lo haya destruido.

* Productor y presentador de Soul Street 92.9 FM en Ensenada a las 8:30 pm, domingos. Jazz, Blues, Soul y Jazz Latina

INTERNET: www.xs929fm.com

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