BAJO PALABRA

Momentos de oscuridad

Por Hadassa Ceniceros
viernes, 30 de marzo de 2018 · 00:00

Mucho se ha dicho y escrito sobre la depresión y mucho queda sin lograr el punto más certero y doloroso de ese desorden nervioso.

Más acá de las explicaciones médicas, psiquiátricas o filosóficas está lo que vive quien vive bajo ésta condición emocional.

Sentir de más, podría ser una forma de decir algo. He dicho más acá porque cuando se llega al especialista médico bastan algunos datos para que se entiendan el grado de depresión que se vive, quedando sin mencionarse los puntos más sensibles y penosos.

Pocas veces hay la oportunidad de describir la dolorosa y desesperante condición del paciente.

Describir el dolor asfixiante que causa este estado, detonado a veces por las cosas más nimias es una experiencia necesaria para quien lo padece e inquietante para familia y amigos.

Son momentos, algunos días, en los que el espíritu, la esencia que anima el diario vivir, se haya disminuido, casi apagado. No sabe uno la causa, es solamente un estado de ánimo que parece provenir del impulso vertiginoso de una fuerza devastadora que arrastra y socava todo vestigio de esperanza. Es un estado de desolación y soledad.

Es un dolor que no tiene sitio y al mismo tiempo se siente en todo el cuerpo. No hay una razón, una idea que lo cauce es solamente el pensamiento del sufrimiento de uno, el de otros, el de todos, acumulado en instantes insoportables.

Mientras no se busque ayuda para entenderse, esto parecerá ser solamente una enorme tristeza y quedaría en una incógnita la razón o la causa de ello.

Este sufrimiento provoca reacciones que obstaculizan el acercamiento a la búsqueda de respuestas. Por un lado, teme uno contagiar del mismo estado de ánimo a las o la persona más cercana a uno, y por otro, existe un sentimiento de vergüenza al padecer algo aparentemente tan menor.

La ayuda profesional es la mejor manera de enfrentar la depresión, no es un estado que uno busque o se auto provoque, el médico tendrá la mejor explicación.

Es uno mismo quien debe entender y aprender cómo manejar estos momentos. También la familia tendrá que aprender a comprender y detectarlos. Buscar ayuda es crucial.

La tarea no es fácil, pero lo importante es que se aprende a vivir con esta condición de salud para funcionar tanto en el entorno familiar como en el laboral.

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