LUCES DE LA BAHÍA

El debate, un espectacular “show”

Por Juan Zamora Hernández
sábado, 28 de abril de 2018 · 00:00

Mucho han hablado y opinado sobre el debate presidencial celebrado el domingo pasado; unos claramente a favor de sus candidatos, otros opinando con cierta veracidad, y otros criticando el acto y lo que sucedió en este “show”; todas estas personas: críticos, columnistas, periodistas, políticos y lambiscones, tienen mucha razón en lo que exponen, pues es su manera de ver las cosas y allá ellos y con su pan se lo comerán.

Pero ahora me toca a mí hacer un ligero análisis, que a mi modo de ver, por las actitudes, ademanes, palabrería empleada por los presidenciables y su personalidad ante las cámaras, los millones de mexicanos y extranjeros observaron en los distintos medios electrónicos una farsa o debate, como usted lo quiera nombrar.

Voy empezar mi modesta opinión con la señora Margarita Zavala, persona culta, bien vestida, con buen léxico, en fin, que como dama que es, se portó muy bien, nada más que cero propuestas, y lo único que hizo fue defender a su marido. Cosa que le aplaudo porque así debe ser. Pero eso fue todo.

Ahora sigo con el empresario y millonario candidato que desea ardientemente ser presidente, y que hasta les jugo rudo a los de su partido para auto-postularse como candidato del PAN. Y ahí lo tenemos en la palestra, a mi manera de ver, el mejor preparado, pues llevaba todos los documentos necesarios para defenderse y hacer unas cuantas propuestas que ya le hemos escuchado muchas veces, pero no podemos negar que es un buen orador el señor Anaya, y que a lo mejor sí convenció a algunas personas para que en julio voten por él.

El ex secretario de Hacienda, de Sedesol, Relaciones Exteriores y no recuerdo cuántas cosas más, fue el más vapuleado, pues fue el que recibió mayores críticas, y a duras penas pudo salir del atolladero en que se encontraba, pues recibió remojón tras remojón, que ya parecía un chubasco lo que le cayó, además que le faltó personalidad y carisma para esta clase de encuentros. Ojalá y que para los siguientes debates se prepare bien y salga mejor librado el señor José Antonio Meade Kuribreña.

Y ahora vamos con el polifacético, audaz y tenaz, el famoso Peje, quien se quejó de que todos se le fueron encima, pero a mí entender eso no fue cierto, porque el que más críticas tuvo fue el candidato del PRI, aunque el Peje no contestó a ninguna de las preguntas que se le hicieron, y siempre salía con evasivas y con pausas muy prolongadas, sacando una lámina donde presentaba que él iba arriba en las encuestas, que le celebraron todos sus partidarios y hueseros que lo siguen. También es la primera vez que lo veo peinado, pero con la corbata chueca, quién sabe por qué.

Sigue el señor Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León con licencia y candidato presidencial independiente. Para mi forma de ver las escenas de este magnífico “show” fue el mejor presentado, el que tenía mayor personalidad para ser presidente, parco en sus contestaciones, calmado en el hablar, proposiciones concretas, hasta que se aventó la puntada de “mocharle las manos a todos los corruptos, algo así como la pena de muerte”. Esta idea no es tan descabellada como parece, porque ya se ha visto que en otros países de oriente, donde les dio resultado y acabaron con la corrupción y el crimen. Es más, aquí en América se vio con Fidel Castro, quien asesino a más de quinientas personas en su primer año de gobierno 1959-1960; solo que en México no se podría hacer tal cosa, porque aquí los únicos que morirían serían los pobres, porque los ricos y lo funcionarios de alto nivel, eso sería imposible, pues ellos son unas blancas palomas.

Sin más comentarios, eso lo dejo para los conocedores de esta clase de delitos, yo nada más doy mi opinión, pero “El Bronco” creo que fue el que mayor atención tuvo y que fue más preciso en sus respuestas y propuestas.

Más adelante, si se presenta la ocasión, seguiremos con este tema que es apasionante por lo interesante e importante para nuestro país.

Con esto me despido y hasta la próxima D.M.

...

Comentarios