LA BUFADORA

Parecen modas

Por El Mosquito
martes, 12 de marzo de 2019 · 00:00

Durante todo 2018, la ola de crímenes espantó a los ensenadenses. La incidencia se replicó a la alza con tanta o más rudeza en Tijuana y Playas de Rosarito. La zona costa, la ruta de la disputa, el choque entre cárteles, el dominio por el mercado, provocó enorme preocupación entre la sociedad. El tema era la inseguridad.

No pasaron muchos meses cuando después de una huelga en el departamento de limpia, puso de relieve que los camiones de basura que trabajaban 24 horas, naturalmente se descomponían. Sin reemplazos para los descompuestos, la recolección cayó y la ciudad vivió intenso acumulamiento de basura. Hoy el problema no ha quedado resuelto, pero se anuncia la incorporación de siete camiones nuevos, tres centros de transferencia que duplicarán la capacidad de colecta al reducir los tiempos de traslados, y un acuerdo con la concesionaria para que se haga cargo de 90 contenedores.

Pero el tema dejó de ser limpieza, dadas las recientes lluvias que nuevamente hicieron asomarse baches por prácticamente los cuatro puntos cardinales de la ciudad, salvo las calles recién pavimentadas con concreto hidráulico o las asfaltadas como en el Bulevar Reforma. Estos días se podrían registrar las últimas lluvias para que la semana entrante las cuadrillas sigan con esta titánica tarea, pero el tema de los baches se opacó.

La polémica en torno a los pagos del Ayuntamiento a Issstecali se apagó más rápido que la candidatura de Enrique Acosta en el PRI.

Llegaron las bolsas de plástico, la prohibición para que no se entreguen en los establecimientos comerciales, medida que fue aplaudida por activistas del medio ambiente y por casi todos los que tienen de mediana a alta conciencia del daño que ocasiona al océano, dicho sea de paso, un gesto municipal imitado por otros en el estado y fuera de él, en varias entidades de la república. Pero el tema no está agotado, aunque Coppel, Oxxo, Calimax y Walmart entre otros, se hayan sumado a la iniciativa y en el periodo ya vayan más de cinco millones de bolsas de plástico que no se han entregado.

Lo que se convirtió en una verdadera polémica porque incluyó al soberano pueblo, lo fue el carnaval de Ensenada y su ubicación. Que si se les debe a los promotores de otros carnavales, que si tapa la entrada a hoteles, que si se les debe a los promotores de otros carnavales, que si inhibe las ventas, que si se les debe a los promotores de otros carnavales, esos fueron los temas. El carnaval pasó, las familias lo disfrutaron y la fecha se cumplió, independientemente de las ganancias de los promotores y de que aún se les deba de otros carnavales. Pero eso ya pasó, bueno pues, hay que seguir cobrando.

La semana pasada el nuevo villano fue Score International promotor de las legendarias carreras fuera de carretera Baja 1000 y 500, que creyendo encontrar aplausos y vivas porque haría una nueva carrera, la Baja 400, se encontró con que los hoteles y comerciantes del Bulevar Costero -donde había protestas por el carnaval- querían la revisión y el arranque donde siempre. (¿Ellos no deben?... ah no).

Lo que tomó un nuevo aire es el asunto de los parquímetros. Nadie sabe nada, pero todos especulan. “Voy a tener que dejar mi carro lejos del centro, ah no, ahí me lo dañan; de plano eso inhibe las ventas en el comercio en el centro de la ciudad, que actualmente no tiene ventas porque no hay donde estacionarse”.

Y porque sería un abuso al espacio no hablamos de otros temas, como el de luminarias, la deuda municipal; pero la moraleja de estas semanas es que las protestas son contra molinos de viento, porque políticamente, el alcalde no es candidato a nada y su partido no tiene la menor posibilidad de nada.

La inseguridad es el tema que debe abordarse desde las tres instancias de gobierno; el bacheo y la limpieza son consecuencia de arcas municipales en plena agonía; el carnaval como las carreras Bajas no son amenazas contra la ciudad porque generan derrama económica, provocan entretenimiento y son eventos emblemáticos de Baja California, no sólo de Ensenada.

Críticos y analistas, líderes y políticos, deberían estar más preocupados por el futuro que le depara a los ayuntamientos del estado, su capacidad de respuesta y su rol, único e indispensable, para que la ciudad no pierda su calidad de vida con la garantía de estos servicios básicos.

Ojalá que Armando Ayala, Eloísa Talavera, Alfredo Maccise, Gustavo Flores y Rigoberto Castro, los que abanderarán las candidaturas a la presidencia municipal de Ensenada tomen conciencia del reto que enfrentarán para brindarle a Ensenada soluciones de fondo. De otro modo, seguiremos perdidos en el espacio, que si el carnaval no, que si las bajas siempre sí.
 

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