DESDE HOLANDA

La ultraderecha holandesa

Por Dianeth Pérez Arreola
miércoles, 27 de marzo de 2019 · 00:00
Thierry Baudet es un político holandés famoso por sus declaraciones misóginas, sexistas, eurofóbicas, anti-migratorias y anti-ambientalistas, que ha barrido en las elecciones la semana pasada.

Al líder del partido Foro para la Democracia le gusta intercalar comentarios en latín en sus discursos y llamarse a sí mismo “uno de los más importantes pensadores de su generación”. En su discurso tras la victoria, Baudet atacó a los académicos, periodistas e intelectuales por acabar con su país, como ocurre con otros países del “mundo boreal”.

Algunas columnistas mostraron su horror por la normalización tanto del triunfo de la ultraderecha, como por los comentarios de Baudet. “¿Qué pasa aquí?, ¿por qué los políticos lo felicitan por su triunfo en lugar de mostrar preocupación por la victoria de la ultraderecha?”, se preguntaban.

El contundente triunfo del político se debió a los votos provenientes del Partido por la Libertad, encabezado por el conocido xenófobo Geert Wilders. Al parecer la gente ve a Wilders como “demasiado radical” y ha optado por una opción, en el mismo tono pero más conservadora. Menos mal.

El iniciador del discurso especialmente anti musulmán, fue Pim Fortuyn, quien decía “adáptate o lárgate” a los inmigrantes. Fortuyn fue asesinado el 6 de mayo del 2002 por un ambientalista holandés que veía en Fortuyn un peligro para la sociedad.

Después sucedió el asesinato de Theo van Gogh, un polémico cineasta que había hecho un documental contra el islam, motivo por el cual un extremista musulmán acabó con su vida disparándole en varias ocasiones, degollándolo y apuñalándolo el 2 de noviembre de 2004.

Luego vino el ascenso de Geert Wilders con el Partido por la Libertad, más ataques contra los migrantes, los musulmanes, la comunidad europea e incluso contra la libertad de expresión, lo que ha hace que sea uno de los políticos más protegidos del país, debido a las constantes amenazas que recibe.

Hace años la reina Máxima causó sorpresa cuando dijo que la identidad holandesa no existía, pues un país con tantas aristas no podía encajar en un cliché. “De acuerdo a cifras de Naciones Unidas, 175 millones de personas viven en un país en el que no nacieron. Yo soy una de ellas”, apuntó la argentina. La movilidad social, sea legal o ilegal no puede frenarse por decreto, y esa actitud proteccionista viniendo de un país que fue colonizador, resulta un tanto hipócrita además.

El protagonismo de Baudet dará mucho de qué hablar; el circo de la política ahora tendrá dos competidores para ver quién es el que odia más a los inmigrantes, a las mujeres, a Europa, a los ambientalistas, al islam y a los intelectuales.

La otrora abierta y tolerante Holanda es como su equipo de futbol: hace mucho que tuvo sus mejores años. Quienes antes fueron ejemplos de democracia y apertura, ahora son países donde la ultraderecha ha ganado terreno. Y eso que en las penúltimas elecciones el partido Izquierda Verde arrasó en las urnas. Al parecer la aguja de la brújula política cambia tan rápido de dirección como la veleta que apunta en qué dirección soplan los fuertes vientos en Holanda.

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