DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Tos de fiera

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 11 de abril de 2019 · 00:00

Es la muy clásica y popular “Tos Ferina” y también conocida como tos convulsa entre otros y elegantes términos, en el argot médico como Síndrome Coqueluchoide y esto debido a argucias microbiológicas.

Dicha entidad patológica fue descrita desde 1578 con el nombre de “tussis quinta”. Desde 1679 y específicamente en los siglos XVIII y XIX documentada como causante de grandes epidemias en Europa y no fue sino hasta 1906 que logró identificarse al agente causal: Bordetella pertussis por Jules Bordet (de allí el nombre de la bacteria). En 1920, el médico Louis W. Sauer desarrolló una vacuna contra la tos ferina y hasta 1925 Thorvald Madsen probó por primera vez en gran escala una vacuna de células enteras contra la tos ferina. La vacuna ha ayudado a reducir la gravedad de la enfermedad y la mortalidad, casi se logró su erradicación en los países desarrollados, pero desde hace más de una década, se han estado presentando brotes.

En el 2010, California reportó diez recién nacidos fallecidos por dicha enfermedad y las autoridades sanitarias declararon una epidemia al registrar 9120 casos. En abril y mayo de 2012 la tos ferina fue documentada en Washington con 3308 casos en el mes de diciembre y en Vermont, en el mismo periodo reportaron 522 casos. Wisconsin reportó 3877casos.

Es probable que dichos brotes se deben al rechazo de la vacuna sobre la base de una razón de creencias personales (corrientes antivacunas), aunado al efecto menos duradero de la vacuna actual y el hecho de que la mayoría de los adultos y los adolescentes no hayan recibido las dosis de refuerzos recomendable. El conjunto de los diversos factores es probable que sean la razón para del resurgimiento de dicha enfermedad.

En México, se han documentado mucho menos casos, ya sea porque hay subregistro o porque los grupos antivacunas han tenido menos impacto entre nuestra población.

Debe sospecharse Tos Ferina en pacientes con accesos de tos importantes, que comúnmente no respiran entre cada tosidura, lo que ocasiona congestión facial y asfixia, al final del acceso, una inspiración forzada y chillante que se ha descrito como canto de gallo, por eso el nombre afrancesado de “coqueluche”. No se trata de cualquier tos, como su nombre lo dice, es una TOS FEROZ que suele durar por varias semanas y en los extremos de la vida, en especial en los más pequeños, debido a los esfuerzos tusígenos, puede ocasionar hemorragias cerebrales o lesiones en otros órganos.

La tos ferina se transmite principalmente por contacto directo con secreciones de la nariz y la garganta de las personas infectadas y es especialmente nociva entre más pequeño es el afectado. Los hermanos mayores y adultos, suelen ser portadores nasales y faríngeos de la bacteria y llevar la enfermedad al hogar e infectar al menor de la familia. Aun la enfermedad no confiere inmunidad de por vida y la vacuna va inmunizando parcialmente con cada dosis aplicada, es por lo que se aplica a los dos, cuatro, seis y dieciocho meses de edad, se refuerza a los cuatro años.

Tradicionalmente el esquema de vacunación es el arriba referido, pero en base al conocimiento de que la inmunidad por la vacuna es parcial y se va sumando con las dosis subsecuente y se ha demostrado que con el paso de los años los niveles de anticuerpos van disminuyendo, después de diez años se pierden, es por lo que actualmente es tremendamente importante vacunar a los jóvenes entre los 10 y 12 años de edad y posteriormente cada diez años, sin embargo el esquema nacional de vacunación, absurdamente solo contempla refuerzo con Tétanos-Difteria a los 12 años, a pesar de que múltiples campañas y estudios avalan vacunar contra Tos Ferina a los adolescentes y adultos.

Desde hace dos a tres lustros, al ver en Las Américas el resurgimiento de esta enfermedad se implementó el “Método Capullo” que consiste en vacunar a las madres en el tercer trimestre del embarazo a fin de que el bebé nazca con nivel protector de anticuerpos contra dicha enfermedad.

Pocas son las madres que han recibido este beneficio y gran parte de la población adolescente y adulta, que son la fuente de contagio para los niños pequeños, siguen sin la tan sencilla y benéfica medida preventiva.

La vacuna adecuada para embarazadas, adolescentes y adultos, está disponible y exenta de riesgos, vacunar es el mejor seguro de vida.

* Médico Pediatra.

sicardi53@gmail.com
 

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