LA VERDAD SEA DICHA

Los abogados de Ensenada están de plácemes

Por Guillermo Hurtado Aviña
miércoles, 15 de mayo de 2019 · 00:00
Por fin cayó Amado Salvador Ríos Vela, Juez Primero Civil y su caída hizo estallar el júbilo entre los abogados litigantes, que ya no hallaban la hora en que ese odioso sujeto dejara de manchar con su perverso actuar, el prestigio del Poder Judicial del Estado.

Ríos Vela, Salvador sí, amado no, logró hacer historia, una historia repugnante, negra, pero al fin historia; de aquel humilde Actuario que siempre que se encontraba con un abogado litigante, saludaba con una inclinación de cabeza y una tímida sonrisa, no quedó nada, absolutamente nada, esa humildad y esa timidez desaparecieron como por arte de magia al ser nombrado Juez. Se convirtió en un cacique, en un tirano, a quien en un tiempo se le señaló por algunos como acosador, no sé si a quienes lo consideraban como tal, les constara este acto.

De lo que sí hay constancias es de que en una ocasión fue denunciado penalmente por un abogado por la probable comisión de uno o dos delitos, y tuvo que comparecer ante el Ministerio Público a rendir su declaración ministerial; esa denuncia no llegó hasta donde debía llegar, gracias a que dejó a un lado su altivez y solicitó humildemente al denunciante que no lo perjudicara, que reconocía que su proceder no había sido correcto, y que en adelante sería diferente su actuación como Juez.

Pasado el susto no solamente no cambió su forma de ser, sino que la perfeccionó, y siguió actuando en perjuicio de abogados que no le simpatizaban o que no se ponían a mano. Una prueba de ello es que infinidad de expedientes a su cargo, tenían que ser remitido al Juzgado Segundo, debido a que igual número de abogados lo obligaban legalmente a excusarse, a fin de que no los siguiera perjudicando y de paso a sus clientes, que igualmente sufrían y perdían tiempo y dinero, a causa de su conducta malévola.

Este Juez no tenía vergüenza, por eso era considerado un sin- vergüenza.

Hace unos cuanto o cinco años, en una asamblea del Colegio de Abogados de

Ensenada, A.C., se hicieron señalamientos en contra de Ríos Vela, por su forma enfermiza de actuar en contra de abogados que no le eran agradables, que por cierto eran la gran mayoría, una de tantas imputaciones las hizo un abogado quien en su discurso dijo: “Durante mi larga carrera como abogado, he conocido jueces buenos y malos, pero nunca conocí a uno tan perverso como Salvador Ríos Vela”, palabras que fueron fuertemente aplaudidas por los asistentes, en señal de aprobación, de coincidencia con lo expresado por el abogado.

Unos días antes de que fuera destituido o que presentara su renuncia obligada, es lo mismo, un grupo numeroso de abogados prominentes, decidieron reunirse con el propósito de abordar el tema de este no servidor público, sino servidor de sí mismo.

En esa reunión se habló de las que se consideraron perversiones del juez; algunos dijeron que causaba daños intencionalmente; que obraba con mucha maldad y lo hacía conscientemente disfrutando con ello, razón por la cual le quedaba que ni pintado el epíteto de perverso.

Una perversidad que se le atribuyó en esa reunión, es la actuación que tuvo en el expediente 391/2017, en el cual hizo garras el procedimiento, dictó acuerdos sin ningún fundamento, hizo largos lo tiempos para resolver alguna cuestión que se le planteó, fue tortuoso, igual que lo hacía con quienes no contribuían para aumentar su patrimonio, muy vengativo, pues. Algunos de los presentes en esa reunión dijeron que enviarían cartas al Consejo de la Judicatura para dar a conocer sus quejas; tal vez lo hagan a pesar de que para fortuna de muchos abogados, ya no seguirá manchando con su maldad el buen nombre del H. Poder Judicial del Estado.

En hora buena, señores Magistrados, Consejo de la Judicatura, merecen una palomita.

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