El reavivamiento del conflicto

El año 2020 inició con una de las escaladas de tensión de conflicto más importantes en las últimas décadas. Esto luego de que un ejercicio militar que diera como resultado la muerte de Qasem Soleimani, quien se encontraba en la capital de Irak, Bagdad.

La controversia engloba dos puntos principales: la primera y posiblemente la más importante, el hecho de que el ataque se perpetuara a orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero sin previa notificación y posterior aprobación del Congreso. El segundo punto sería la importancia e influencia que la figura de Soleimani ostentaba para el gobierno y la sociedad iraní.

Qasem Soleimani constituyó una figura militar importante para Irán, reconocido principalmente por su participación no solo en la guerra entre Irak e Irán que se dio en la década de los 80, donde además se destaca la notable postura estadounidense a favor del gobierno iraquí y contra el gobierno islámico de Irán que se había consolidado recientemente después de su Revolución en 1979.

Otra de sus importantes contribuciones fue como estratega militar en la guerra contra el Daésh, también conocido como Estado Islámico, quien llegó a ocupar importantes ciudades tanto de Siria como Irak.

Si bien las relaciones entre Irán y Estados Unidos han sido difíciles desde hace décadas, hubo un enfriamiento de estas durante el período Obama, donde se concretó el Plan Conjunto de Acción Comprensiva entre Irán y otras 6 potencias mundiales en 2015. Este plan contemplaba el levantamiento de sanciones que llevaban años sobre Irán, en tanto se limitaran las actividades del programa nuclear iraní.

Con el escalamiento del conflicto, Irán ha anunciado en días recientes que dejará de cumplir con el pacto, del cuál Trump ya tenía reservas desde que lanzó su campaña presidencial en 2016 y donde anunció la retirada de su país en 2018.

Ante esto, la triada política de Europa, Reino Unido, Francia y Alemania han hecho un llamado a Irán para que no incumpla sus obligaciones con el pacto, relacionadas a la amenaza de exceder el enriquecimiento de uranio que se había acordado en 2015.

Con el ataque que resultó en la muerte de Soleimani, Irán ha respondido con otro ataque por medio de misiles que impactaron en las cercanías de bases militares estadounidenses en Bagdad. Ante estas acciones, Trump ha recurrido a la no tan brillante diplomacia digital que ejerce desde hace años a través de Twitter, amenazando con que Estados Unidos atacará con el doble de fuerza y que ya se tiene en la mira 52 puntos estratégicos, dando a entender que entre ellos se encuentran puntos civiles y culturales, algo que sin duda constituiría una terrible violación al derecho internacional, por una parte, y a los Derechos Humanos por otra.

Se habría de rescatar que, dentro de esta crisis, la acción estadounidense viene más de una postura de unilateralidad, pues Trump ha amenazado con atacar sin siquiera buscar la aprobación del Congreso, lo que incumple con la Resolución de Poderes de Guerra en la ley estadounidense. Mientras el conflicto continúa, la poca sutileza política de Trump constituye una amenaza para su país y para sus aliados occidentales con presencia militar en Asia Occidental y por ello, un paso en falso podría cambiar la historia de esta nueva década.

*Estudiante de Relaciones Internacionales del TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com