BUFADORA

Los ensenadenses llevan años quemando su poca pólvora en infiernitos, y otra prueba de ello fue el “apocalipsis” que pronosticaron los resurgidos opositores de todo lo que huela a inversión extranjera en este municipio, como si los locales se distinguieran por su visión vanguardista.

Los argumentos que se ventilaron a través de las redes sociales para rechazar la reconversión de procesos de la planta regasificadora de Energía Costa Azul, era difundidos con frenesí por un montón de gente desinformada, que desconoce que dicha empresa lleva operando casi 15 años.

Desde su instalación en Ensenada creó un fideicomiso de varios millones de pesos para financiar obras y acciones de beneficio social, esquema que pretende ampliar a casi 500 millones de pesos en los próximos cuatro años, durante los cuales pretenden invertir dos mil millones de dólares en el reequipamiento de su infraestructura para poder exportar gas proveniente de Estados Unidos por medio de buques que atracarían en el recinto portuario que ya existe en la región de Costa Azul.

Lo que no entienden quienes interpretan la realidad sólo con premisas ideológicas trasnochadas y esas sí importadas, es que este tipo de plantas también funcionan en la Unión Americana y en las naciones más desarrolladas del mundo, incluso en zonas de alta sismicidad como la nuestra.

Lo que tampoco dicen o no saben los detractores de cubículo y los políticos que administran plataformas digitales, en las cuales juegan al periodismo y descalifican a sus adversarios, es que no hay emanaciones de gas a la atmósfera ni los tanques de almacenamiento son una bomba de tiempo, y tampoco se registra contaminación marina, al grado que ha florecido la fauna y flora en Costa Azul.

Sin embargo, una minoría ruidosa incrustada en los órganos de gobierno gracias a las bondades de una ley electoral que permite tener representantes populares de oposición con apenas el 3 por ciento de la votación total válida emitida, enarbola la bandera de un falso ambientalismo y se desgarran las vestiduras, pero no mueven un dedo para buscar que Ensenada salga del estancamiento económico y deje de ser un cementerio de proyectos.

Desde 1991, cuando por la falta de solidaridad y valor de los actores políticos de aquella época no hicimos nada para impedir el injusto embargo contra las exportaciones mexicanas de atún aleta amarilla, este puerto dejó de ser la capital mundial del atún.

Luego ocurrieron los descalabros de Brisamar y Ginsa ese mismo año, que significaron la pérdida de todo su patrimonio para alrededor de cinco mil ahorradores; después comenzó el descenso de la afluencia turística y más tarde, en diciembre de 1994, la devaluación del peso frente al dólar.

Y ahora, como en 2009, otra pandemia limita las posibilidades de crecimiento económico y desarrollo social, pero tal vez son más peligrosos lo que viven del erario y no hacen ni maiz, (así sin acento) ni dejan hacer. Esos son los peores.

SECCIÓN AYALA
En su viaje a la capital chilanga el alcalde Armando Ayala Robles tocó base con el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo para pedirle que le meta el choclo a los trámites para la aceptación de donación donde se construirá el nuevo hospital del IMSS en Ensenada.

 Una vez concluido el trámite ya se podrá iniciar la licitación para la construcción de este hospital que coadyuvará a mejorar la atención médica a los derechohabientes.

Zoé Robledo se comprometió a que en noviembre sesione el comité técnico para formalizar la donación de dicho predio cuya viabilidad ya fue aprobada por la institución.

Del lado municipal el compromiso es someter a Cabildo el compromiso del Gobierno Municipal, a dotar de servicios públicos e infraestructura en una de las calles aledañas al predio donde se construirá el hospital que por cierto tendrá contigua una Unidad Médico Familiar con 14 consultorios.

 Tan bien le fue a Ayala Robles, que Zoé Robledo adelantó que probablemente venga a Ensenada en noviembre a una visita de trabajo para revisar el proyecto del nuevo hospital.

Por cierto, que el terreno al que se refiere el alcalde es el que está ubicado a un lado de la base aérea de El Ciprés, a juzgar por la referencia del actual propietario el Instituto Nacional del Suelo Sustentable (Insus), que depende de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, también conocida como Sedatu.

Sobre el mismo tema habló hace poco más de una semana la delegada del IMSS en Baja California Desirée Sagarnaga Durante, en una visita al único periódico hecho en Ensenada, El Vigía cuál más, para ratificar que ya se tiene el presupuesto para la obra de 2 mil 50 millones de pesos.

ESTRENAN HOTELEROS DIRIGENTE
Turístico lector, ayer te dimos la noticia de que la Asociación de Hoteles y Moteles de Ensenada tiene nuevo presidente en la persona de Andrés Martínez Bremer, director del prestigiado Hotel Coral y Marina.

 Andrés sustituye a Víctor Celis Dueñas quien encabezó ese gremio desde el 17 de abril de 2017. Antes había estado al frente de los hospederos Jean Loup Bitterlin.

El nuevo presidente asume en momentos particularmente complicados para la industria hotelera y del turismo en general cuya actividad ha sido muy golpeada por la pandemia del Covid-19.

Seguramente le tocará echar mano de toda su creatividad y capacidad para llevar a cabo algunas estrategias de promoción y comunicación nacional e internacional para atraer la mayor cantidad de visitantes posibles en la medida de que el semáforo se acerque el verde.

Hay muchas cosas que hacer, sobre todo en las relaciones interinstitucionales y legislativas para lograr que se facilite el turismo terrestre vía chárteres de menos de 30 pasajeros, el marítimo a través de yates menores y el aéreo que alguna vez llenó la pista aérea de El Ciprés, hoy monopolizada por los militares.