ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS

¿Nos seguimos riendo de la muerte?

Por Dra. Claudia E. Delgado Ramírez*
jueves, 29 de octubre de 2020 · 00:00

Dicen que los mexicanos nos reímos de la muerte. En todo el mundo es famosa la celebración del Día de Muertos en México; flores de cempaxúchitl, altares de muertos, panteones llenos de velas, música, familias enteras esperando la visita de sus muertos, catrinas, papel picado y un sin número de elementos que constituyen rituales y ceremonias sincréticas, es decir, que articulan aspectos de las diversas culturas prehispánicas con elementos traídos por la colonización española, y reinterpretados por las sociedades y comunidades, particularmente, del centro y sur del país. Sin duda, la película “Coco” y el desfile de Catrinas que se lleva a cabo en la Ciudad de México, han servido también para popularizar internacionalmente este día, el 2 de noviembre.

Dicen que los mexicanos nos reímos de la muerte…pues sí, literalmente, porque, aunque estamos en una situación extraordinaria en el mundo, a causa de la pandemia o la sindemia de la Covid-19 que nos ha recluido quizás a los más privilegiados dentro de nuestras casas, aun así vemos que sigue habiendo gente que no “cree” en la pandemia, que se ríe de los que asumimos y adoptamos las medidas básicas de prevención como el uso de cubrebocas, el lavado constante de manos, el uso de gel sanitizante, la sana distancia y el encierro.

Por supuesto no todos los mexicanos nos estamos riendo de la muerte, y pensaran que esto tiene que ver con que ya hemos perdido a alguien cercano y por eso ya no dudamos y nos cuidamos, pero esto en general no es cierto.

Cuando empezó la cuarentena, el mes de marzo, en realidad casi nadie tenía conocimiento cercano de algún enfermo, es decir, los que acatamos las normas de prevención y cuidado lo hicimos más como parte de un pacto social implícito, “nos cuidamos como sociedad”.

Por supuesto, las desigualdades sociales y económicas en nuestro país evidenciaron rápidamente que no todas las personas pueden dejar de trabajar para cuidar su salud y la de su familia y, por lo tanto, fueron víctimas de los primeros contagios masivos en las maquiladoras de Cd. Juárez, por ejemplo. Entendemos, estaríamos ciegos si no viéramos que, en efecto, hay miles de personas que no pueden darse el lujo de encerrarse porque eso implica no comer.

Pero ¿qué sucede con toda esa gente que hace filas para entrar a un centro comercial? ¿qué piensan las personas que, pese al semáforo naranja, hace fiestas y reuniones de las que salen decenas contagiados? ¿Será que se “ríen de la muerte” aunque los ande rondando?

Creo que lo que falla aquí es ese pacto social implícito, ese “cuidándome, cuido a mi familia, a mis vecinos, a mi comunidad”, también creo que somos nuevos en una crisis de salud de estas dimensiones y por supuesto, cometemos errores que, por desgracia, a estos días están cobrando la salud ya de prácticamente 1 millón de personas en nuestro país.

Enfermeras y médicas mueren cada semana en todos los estados por hacer su trabajo. Miembros de nuestra familias y comunidades mueren cada día debido a esta pandemia.

Este 2 de noviembre, en muchos estados y sobre todo en los que, como Chihuahua, regresamos al semáforo rojo, no habrá forma de “celebrar” el día de muertos, no habrá miles de turistas extranjeros en los panteones de Michoacán y en la Av. Reforma de la CDMX.

Sólo tendremos el luto y una extraña forma de duelo porque no hemos podido despedirnos de los muertos de este año. Cuídense, que hoy más que nunca, la parca nos anda rondando.

*CinahBC -EAHNM
 

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