Morena “civil war”

Faltan pocos días para que, a través de una encuesta telefónica se defina la integración de la dirigencia nacional del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), proceso en el que se registraron una gran cantidad de aspirantes.

Sin embargo, debido a los conflictos internos en Morena, cuyos protagonistas acudieron a los tribunales ante la imposibilidad de lograr acuerdos, los magistrados resolvieron que fuera el Instituto Nacional Electora (INE), el organismo encargado de realizar la consulta para determinar quiénes tendrán la representación de la fuerza política que actualmente ostenta el poder.

Así que una vez que se defina el nuevo comité ejecutivo nacional de Morena, se espera que en todas las entidades de la república se produzcan cambios en sus directivas, donde también es posible que se generen más confrontaciones, dada la diversidad de grupos, corrientes e intereses que reclaman ser los auténticos abanderados de la llamada “cuarta transformación”.

Pero lo anterior será apenas un capítulo más de la batalla por el control de Morena de cara a los comicios del año próximo, cuando se celebre la jornada electoral más grande de la historia del país, porque en el fondo la disputa es la manipulación del procedimiento para designar a los candidatos(as) a los distintos cargos de elección popular, especialmente a las 15 gubernaturas que estarán en juego.

Y cuando las autoridades electorales avalen a la dirigencia que emane de las encuestas, se abrirán otros frentes porque en Morena exigirán que se respeten los criterios de paridad de género, además de solicitar que en la mitad de las candidaturas a gobernador se postule a mujeres.

Por si fuera poco, se agudizarán los pleitos entre quienes pretendan reelegirse y los que demanden ser considerados para alcanzar una regiduría, presidencia municipal, diputación local o federal.

Tales situaciones podrían complicarse aún más por las posiciones que Morena tendrá que ceder a sus aliados, como el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), lo que restará oportunidades a su propia militancia.

Toda esta encrucijada necesita dilucidarse antes de que concluya el presente año, al que sólo le restan tres meses, y por tanto requerirá que en verdad prevalezca un espíritu de unidad, el cual hasta el momento no se observa.

Por tal motivo, es fundamental el papel que desempeñe el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, quien es el fundador y líder moral de Morena, partido que tiene la mesa puesta para ganar las votaciones del año venidero, pero que no sabe dirimir sus diferencias.

Primero, ojalá y la guerra intestina de Morena concluya en los términos legales e institucionales y todos respeten los resultados; segundo, que una vez resuelto lo primero, ese partido postule a personas aptas, responsables, honestas y lúcidas, para que el país retorne a la nueva normalidad política.