CONVERSEMOS

Naveguemos

Por: Ricardo Harte*
viernes, 1 de octubre de 2021 · 00:00

A veces me aburro de leerme a mí mismo. Bueno, no a veces. Podría afirmar que casi siempre. Entonces ¿por qué continúo, terca y obstinadamente, escribiendo esta columna?

Porque no puedo afirmar que de ella se genere un diálogo. O que reciba yo algún tipo de retroalimentación en forma de respuestas de algún distraído lector.

Nada de eso.
Este monólogo no me arroja, aparentemente, ningún satisfactor.

Y repito: “aparentemente”.
Lo he reflexionado, meditado, vuelto a reflexionar y vuelto a meditar.

Es difícil de explicar. Sufro de una terca y obstinada necesidad de leer y de pensar. Puedo pasarme un domingo por la tarde, lloviendo afuera, con poca luz del sol, pensando. Sólo eso: pensando. Y terminada la tarde, cuando se acaba ese remanso llamado fin de semana, me pongo a leer.

Leo artículos, ensayos, trabajos de alumnos y el seguimiento de los 3 o 4 libros que voy recorriendo al mismo tiempo, ya que intento hacerlos vivir abriéndolos, sumergiéndome con la mirada, moviendo sus hojas, sub rayándolos como si los acariciara.

Porque no sé si ustedes (bueno…”ustedes” sonó a un auditorio inmenso; supongamos que fue retórico) están de acuerdo, pero un libro existe si lo abres y lo lees. Mientras tanto, no pasa de ser un objeto que promete vida, aventuras, sorpresas, alegrías, dolores. Pero si no lo abres y lo lees, es una promesa escrita en el agua.

Creo que voy entendiendo por qué escribo esta columna.

Con los párrafos anteriores, he paseado con mis pensamientos, a bordo de letras, palabras, párrafos que debo hacerlos navegar.

Esta columna, y cualquier cosa que escriban, es como las velas de un navío. Cuando las levantas, te mueves. Tengo el navío, las letras engarzadas en palabras, y tengo las velas, esta columna, para esas palabras salgan a navegar.

Y en esos recorridos del pensamiento, de la lectura, voy encontrando navíos hermanos que se suman a la flota invencible que navega buscando respuestas. Navíos con diferentes velámenes, con cascos a veces de excelente andar y, a veces, no tanto. Pero siempre navíos que se hermanan, se suman y fortalecen esta flota del pensamiento, del diálogo, de la discusión y del encuentro.

Y de esos encuentros recojo textos que me alimentan y me fortalecen.

Copio uno, como ejemplo.
De Nuria Alabao, editado en CTXT el 22.04.2020, algunos fragmentos:

“Nuestras luchas tendrán que tener un horizonte de reconstrucción del lazo social a la que apunta el resurgir de la solidaridad en los grupos de ayuda mutua, los espacios de producción de lo común. Sobre esos hilos sociales que están ahí y que emergen en momentos extraordinarios, habrá que generar autonomía, pero también la fuerza necesaria para reclamar al Estado la riqueza social que nos corresponde.

En renta indirecta, más estado de bienestar –salud, educación–, pero también vivienda, transporte, ocio, etc…– y como piden hoy los movimientos sociales, renta directa –una Renta Básica universal e incondicional–.

Todo eso es caro, dicen algunos. Caro o barato solo refleja el poder del actual estado de las luchas –ahora mismo en retroceso desde los años 70–. Será barato cuando podamos conquistar victorias…Esas luchas están atravesadas por la cuestión de la reproducción social: es decir, cómo pelear por vidas vivibles en un mundo donde todo se tiene que pagar y el dinero está en pocas manos.”

No hay duda. Esta columna seguirá navegando, pues se encuentra con navíos que la fortalecen, que la explican. Navíos que van formando una gran flota del pensamiento, de las ideas. Y que irán conformando esa enorme unidad planetaria que logrará que la humanidad se salve de sí misma.

Y para arriar las velas de hoy, atraco a muelle acompañado de otro navío:

“La crisis del coronavirus no es sino otra vuelta de tuerca de la guerra del capital contra la vida. Destrucción del medioambiente y recortes de servicios sanitarios, empobrecimiento generalizado y privatización de los cuidados están en su origen y en el alcance de sus consecuencias”.

*Arquitecto radicado en México desde hace más de 50 años

ricardoharte@yahoo.com.mx

 

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